Por Ricardo Bustos
Es muy evidente que los argentinos estamos bastante desorientados. Un día nos dicen que la curva de infectados y personas fallecidas está descendiendo y por eso habilitan algunas actividades y a la mañana siguiente nos enteramos que se han muerto 3,500 hermanos más porque no los contabilizaron bien cuando fueron cargados los datos.
En el mundo han muerto por esta Pandemia que nos mantiene a todos en un claustro, 1,000,000 de personas (un millón). En todo el planeta más o menos somos 7,000,000,000 (siete mil millones) de habitantes, es decir que la cifra de muertes no daba para tanto encierro.
En Misiones, Argentina, murió más gente por accidentes de tránsito, patologías de base sin relación con Covid-19, femicidios, acuchillados en peleas o riñas familiares y callejeras, tiroteos entre bandas armadas, Suicidios (que lamentablemente hubo porque no todos están preparados para soportar esta Cuarentena) y personas que por temor al contagio intrahospitalario, abandonaron los tratamientos.
Cuál es la verdad de esta situación complicada que estamos soportando?
Los políticos de todos los Partidos, hoy ya están ocupados trabajando en la próxima contienda electoral y cada vez el país está más destruido. Sea por la Cuarentena o el desastre sanitario que estamos atravesando, no podemos ver una pequeña luz al final del camino.
Esto no se arregla rezando o pidiendo a Dios. El Universo nos dio todas las herramientas para ser mejores y elegimos lo peor, lo mas fácil, populista, demagógico, convertimos al país en una fábrica de vagos (involuntarios por falta de oportunidades) para que en cada elección, el voto ágil y sometido, llegue rápido a las urnas para que este grupo de mal llamados políticos, ahora hasta pornográficos en el mismo Congreso de la Nación, sigan robando cada día mas, cubriendo sus actos poco santos entre si porque si cae uno caen todos.
Días pasados, una vecina que respeto y quiero mucho, muy trabajadora Ella y su familia, me dijo… «la culpa es de la oposición que pone palos en la rueda», frase que vengo escuchando desde que me compraron los primeros pantalones largos.
Lo peor que nos ha sucedido a los argentinos es que nos lavaron la cabeza con el mismo kerosene que antes nos mataban los piojos, solo que estos, son más grandes y se metieron en el cerebro.
Hoy no es Revolución, después será el triste recuerdo de lo que fue la barbarie que a este paso será de controlar.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador
Capiovi, Misiones, Argentina
DNI 7788556