Por Washington Cabello
(eltiempo.com).- Si hace algunas semanas alguien se hubiese atrevido a sugerir que el magnate Donald Trump sería cabeza de lista entre los aspirantes a la nominación del partido Republicano para las presidenciales del 2016 en Estados Unidos lo habrían tildado, como mínimo, de ‘loco’.
Pero es allí, desafiando todas las expectativas, donde se encuentra este millonario que a punta de codazos y frases polémicas ha puesto patas arriba la carrera electoral de cara a las elecciones del 2016.
Trump, de hecho, ocupará hoy el centro de la mesa durante el primer debate televisivo entre republicanos organizado por la cadena Fox y en el que solo participarán los primeros 10 aspirantes a la nominación de acuerdo con las últimas encuestas.
Más aún, el multimillonario llega a este debate en Colorado casi duplicando a su seguidor, el exgobernador de la Florida Jeb Bush.
De acuerdo con el promedio de encuestas de Real Clear Politics, Trump amasa un 23,6 por ciento de popularidad, mientras que Bush se ubica segundo con un 12,8 por ciento. Lo siguen el gobernador de Wisconsin, Scott Walker (10,6 por ciento); el exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee (6,6 por ciento); el neurocirujano y único candidato negro, Ben Carson (6,6 por ciento); el senador de Texas, Ted Cruz (6,2 por ciento); el senador de la Florida, Marco Rubio (5,2); el senador de Kentucky, Rand Paul (4,8); el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie (3,6) y el gobernador de Ohio, John Kasich (2,8 por ciento).
Los otros siete aspirantes, todos con índices de popularidad por debajo del 2 por ciento, se quedaron por fuera del debate y participarán en un foro televisado que se verá por la misma cadena más temprano.
Si bien las elecciones primarias todavía están a seis meses de arrancar y todavía están pendientes varios debates más, el de esta noche ha generado mucha expectativa no solo por el ascenso de Trump sino porque se trata de la presentación en sociedad de los aspirantes y suele dar luces sobre el futuro.
Fue en un debate como este donde el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich pasó a la cabeza de la contienda durante el ciclo electoral del 2012 pese a que su popularidad no pasaba del 5 por ciento antes del evento.
Para Trump, además, será una prueba de fuego. Hasta el momento el multimillonario ha trepado en las encuestas a punta de explosivas frases que a otro le hubiesen costado ya la cabeza. Su posición antiinmigrante, llamando a los mexicanos violadores y criminales y prometiendo expulsar del país a más de 11 millones de indocumentados, ha tenido eco en un sector del partido que aplaude su supuesta distancia con los políticos de Washington.
Sus rivales han intentado disminuirlo. De hecho el mismo Comité Nacional Republicano, cabeza del partido, lo descalificó por sus comentarios. Pero antes que caer, Trump parece alimentarse con las críticas. Aunque la mayoría de los analistas cree que a la larga terminará desinflándose.
“La carrera electoral es como una maratón y Trump lo que ha corrido son los 100 metros planos. Un sector del público se ha relacionado con él porque es una figura pública y dice cosas políticamente incorrectas que producen entusiasmo. Pero una vez se exponga su récord, y será expuesto con brutalidad, las cosas comenzarán a cambiar”, dice Darrel West, vicedirector de estudios gubernamentales en el Brookings Institution.
West se refiere al hecho de que Trump ha cambiado de camiseta política en varias ocasiones y siempre por conveniencias económicas.
Durante varios años fue demócrata y simpatizante de Hillary Clinton, a quien espera enfrentar si ganara la nominación. Además, está su relación con las mujeres y las minorías, que representan el 70 por ciento de potencial electoral.
En estos últimos días su campaña ya ha tenido que capotear una serie de escándalos que le costaron el puesto a uno de sus principales asesores por referirse en términos despectivos a los afroamericanos y utilizar términos racistas.
Así mismo saltaron a relucir comentarios de Trump hace algunos años cuando le gritó “desagradable” a una mujer que interrumpió un juicio, pues debía extraer leche para su bebe recién nacido.
En recientes encuestas realizadas en Iowa y New Hampshire, los dos estados que primero realizan primarias y que suelen marcar una trayectoria, las mujeres ya le pasaron cuenta de cobro: casi un 70 por ciento tiene una imagen desfavorable del multimillonario.
“La estrategia de Trump es equivocada. Así lograra salir airoso en las primarias, sería barrido en las generales donde independientes y minorías juegan un papel central”, sostiene el analista.
Y eso es lo que tiene preocupado al partido. Trump, en su afán por llegar a la cima, está forzando a sus rivales a adoptar posiciones extremas y de derecha que podrían salir muy caras en noviembre del 2016.
Aún si lo atacaran de frente, el multimillonario podría responder si decide lanzarse por un tercer partido que arrastraría votos republicanos y sin duda les costaría la Casa Blanca.
La esperanza de la jefatura republicana es que el liderato de Trump comience a erosionarse producto de sus propios traspiés.
Imegen: EFE, Candidatos republicanos en el debate: (arriba) Donald Trump, Jeb Bush, Scott Walker, Marco Rubio y Mike Huckabee, (abajo) Ben Carson, Rand Paul, Ted Cruz, Chris Christie y John Kasich.