Por Ricardo Bustos
En apenas 3 semanas, habremos despedido un año que ha servido para desnudar todas las miserias que teníamos , en el mundo entero, todas ocultas debajo de la alfombra, aunque lo negamos y no queremos reconocer.
Sistemas de salud que no tenían los medios, profesionales que nos salvan la vida con salarios de miseria, agotados por tanto esfuerzo y en la misma escala las Fuerzas de Seguridad.
Hemos podido comprobar que nos gusta incumplir y no respetar las normas que se dictaron para protegernos. Millones no hemos respetado el distanciamiento social y uso de Barbijos o tapabocas.
Ahora llegan los festejos de Navidad y Año Nuevo y seguramente habrá quienes ya están programando, como si nada grave ocurra con el Coronavirus, reuniones con familias y amigos de la misma manera que el año anterior.
Todavía no hemos tenido un pico que nos indique si realmente es factible que esté disminuyendo la cantidad de contagiados. Cada uno hace lo que quiere y poco importa si contagian a los mayores o ciudadanos con alguna enfermedad de base que los convierte en futuros ocupantes potenciales en camas de Terapia Intensiva o una nueva fosa en el campo santo.
Solo el universo puede decidir que hacer con unos y otros. Esperemos que el criterio coherente sea prioridad.
Por caso, vecinos como Paraguay, están con su sistema de salud colapsado y se agrava la situación de miles de ciudadanos por falta de Profesionales o camas de Terapia Intensiva para los pacientes más complicados y para atender semejante cantidad de casos.
El problema más grave radica en la ausencia de responsabiliza en los jóvenes que no piensan en la gente mayor y continúan haciendo una vida normal participando de reuniones, fiestas clandestinas o familiares con mas gente que la permitida.
La palabra Muerte en Argentina, es sinónimo de falta de solidaridad, aún dentro de una misma familia o grupo de amistades.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador
Capiovi, Misiones, Argentina
DNI 7788556
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