Por Juan Tomás Valenzuela
El hermano de Candíta
quiso defender su honor,
en su rol de proveedor
del pata e’ burro y Cuquita.
Según la forma fortuita
en que adquirió gloria y fama,
este verdugo reclama
respeto a su trayectoria,
llamando blasfematoria
a la forma en que reclaman.
Juró ser hombre de honor
al frente de Alicia Ortega,
aunque le dió mucha brega
decir cómo un suplidor,
que conchaba en un motor
solo en los años 90,
pudiera lograr tal renta
y amasar esa fortuna,
si no era rico de cuna,
ni heredó una compraventa.
El señor Máxi Montilla,
sin título mobiliario,
hizo un festín del erario
porque un hijuelasemilla
que logro ocupar la silla
por dos períodos continuos,
le dio derecho sanguíneo
sobre fondos expeditos,
permitiendo a este maldito
hacer tratos ilicíneos.
Aunque Carlos Pimentel
dijo que este gavillero,
no violó ningún lindero
por ser cuñáo del kaiser,
observó que habría que ver
si en el debido proceso,
este patán y el avieso,
que además es su cuñado
no tenía un entramado
pá tambien ruyirse el hueso.
Maxi Montilla es ejemplo
de progreso desmedido,
por el favor del ungido,
quien era dueño del templo.
Pero mientras yo contemplo
su intelecto de empresario,
el desfalco del erario
que hicieron estos ladrones,
lo hizo llevarse millones
y yo viviendo un calvario.
Juan de los Palotes
23 diciembre 2020