Por Ricardo Bustos
Menos de una semana falta para que abril se nos vaya como el agua entre las manos. Antes de conocer a esta peste, nuestras vivencias cotidianas eran un ensayo para planificar el año.
Las vacaciones de invierno, el presupuesto, para cuántos días alcanzaba, cuál sería el paisaje que nos esperaba y por qué no, muchos audaces se atrevían a reservar para el verano en algún lugar de la Provincia, el País o extranjero. Financiación había y cómo afrontar esas cuotas también.
El planeta cambió su eje de rotación y hoy está todo patas para arriba, tomandonos por sorpresa sin saber todavía cuando podremos reiniciar nuestras vidas o el comenzar una nueva, diferente, sin abrazos, sin los dos besos en las mejillas, un apretón de manos, el almuerzo o cena el domingo con los Abuelos, el Cine, Teatro, Cumpleaños, Bautismos, en fin, todo diferente y hasta desconocido aún, para otros temas que no sabemos cómo poner en funcionamiento sin saltarnos las normas de seguridad sanitaria.
Recién ha comenzado a golpear fuerte la ola de contagios, cuando todos creíamos en Semana Santa que comenzaba la libre circulación por todo el territorio nacional. A esta hora estamos pagando las consecuencias por irresponsables ya que quienes en su gran mayoría, fueron de viaje, dejaron sembrado el virus por cualquier lugar que hayan estado porque muchos estaban ya contagiados y con síntomas.
Así está nuestra Argentina, una vez más, mostrando la «hilacha», como decimos en mí Ciudad La Plata. La realidad supera a la ficción pero aún así, nos sigue produciendo asombro la falta de respeto hacia el prójimo, con las fiestas clandestinas que no paran de suceder en los cuatro puntos cardinales. Ya no importa la edad para «temer» y las Unidades de Terapia Intensiva están albergando a miles de jóvenes porque los Abuelos recibieron aunque sea una dosis de la Vacuna.
El… «A mí no me va a pasar nada», con el Virus no tiene ninguna posibilidad de cumplirse. Somos Argentinos, somos irresponsables, tenemos, como todos los ciudadanos del mundo, nuestras virtudes y nuestros defectos, solo que solo aceptamos lo bueno y seguimos barriendo para debajo de la alfombra toda la mugre que nos molesta mostrar.
Nos duelen las verdades sobre nuestras vidas pero reclamamos la verdad en otros. Nosotros también somos «el otro» en algún momento.
El Universo se puso los pantalones largos con Argentina. Ahora a juntar las plumas con viento en contra.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador
Capiovi, Misiones, Argentina
DNI 7788556
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