Por Juan Tomás Valenzuela
Un año, dieciocho meses,
y arrestos domiciliarios.
Así comienza el calvario
de los panes y los peces.
El cambio llegó, parece,
al menos en la justicia.
Y con ella, la franquicia
del partido de Juan Bó,
se vá con papá Bocó
junto a toda su inmundicia.
El gobierno que el ungido
dirigió por ocho años,
llenó de dolo y de engaño
a este pueblo bendecido.
La impronta de este bandido
es proverbial y burlesca,
y aunque fue burda y grotesca
en temas de corrupción,
por fin, llegó la ocasión
pá clasificar la pesca.
Según las últimas pruebas
de la Procuraduría,
Adán y Eva (la arpía)
y los de la banda ameba,
estaban, junto a la gleba
del sistema militar,
dispuestos a desfalcar
no solo a todo el país,
sino, como dice Luis,
al tesoro nacional.
Le ocuparon tres solares
y dos finca en Monte Plata,
dos Mercedes, tres Sonatas
y un baúl lleno de ajuares,
las canciones de Mijares
que eran su fideicomiso.
Tirarando así, por el piso,
la virtud que lo engrandece,
pues con esta, van dos veces
que lo echan del paraíso.
Juan de los Palotes
11 mayo 2021