Por Juan Tomás Valenzuela
Luis, le ha llamado suicidas
a aquellos que en su gestión,
incurran en corrupción
o en acciones delictivas.
Si las faltas “descubridas”
ocurren en su mandato,
sea obra de algún insensato
o un corrupto patológico,
Aque lo más prudente y lógico
sea suspenderle el contrato.
Quien se doble en su gestión
o mude a una megadiva,
ya sea empleada de VIVA,
de Altice o de Verizón,
quien cague fuera’ el cajón
o se tuerza en el camino,
aquel que imite a Quirino
o a su sobrino difunto,
se extirpará del conjunto
y enfrentará su destino.
Quien vuelva a cantar los bolos,
o al menos, a manosearlos,
sea Karina, Sergio Carlos,
Verónica o Torombolo,
o aquel que incurra en un solo
delito de corrupción,
sea compadre de Rondón,
del penco o Domínguez Brito,
irá a pagar sus delitos
al fondo de una prisión.
Quien incurra en lo mal hecho
como estrategia de vida,
debe ser ¡coño! un suicida
o degustador de afrecho.
El que se abrace al cohecho
como se abrazó Danilo,
que anda por ahi, muy tranquilo
presumiéndose intocable,
la justicia inexorable
lo cortará con su filo.
Juan de los Palotes
20 mayo 2021