Por Juan Tomás Valenzuela
La iglesia del Dios, viviente
(o del Dios, imaginario)
al igual que los Rosario,
que siguen creyendo en gente,
se han mostrado reticentes
a aplicarse la vacuna,
mientras exigen ayuna
cuál celestial penitencia,
pues mucho más que la ciencia,
puede Dios en su comuna.
Sacerdotes descarados,
pastores de la ignorancia,
niegan todas las instancias
de un personal preparado.
Rechazando el vacunado
que proporciona la ciencia,
rogando por la indulgencia
de aquel ser omnipotente,
que aunque no se hace presente
es quien calma las dolencias.
Lo que no entiende esta gente,
o que no quiere entender,
es que es Dios, no Lucifer,
quien nos hace inteligentes.
Dios, no se va a hacer presente
a ponerles la vacuna
a una claque inoportuna
que deniega de la ciencia,
y creen que en la inteligencia
no hay divinidad alguna.
Cristianos que han adoptado
teorías de conspiración
y buscan la salvación
en un Dios, mal valorado.
Si es él quien nos ha dotado
de tacto y de inteligencia,
porqué viene esta creencia
a infundir estupidez?
si quien nos dá maduréz
precisamente es la ciencia.
Juan de los Palotes
2 Junio 2021