Por Juan Tomás Valenzuela
Chiricuí va a ser absuelto
por un delito menor,
mientras que Cabo y Mayor
de puesto en el aeropuerto,
nos van a dejar envueltos
a todos en la diatriba,
de que un sabotaje estriba
en que se caiga un avión,
y no en la absurda razón
de un cobre vendío por libra.
No fue Vandamme, ni Bruce Willis
los que apagaron la pista,
solo fuen dos motoristas,
uno hasta enfermo de bilis.
Fanático de los Filis,
de acuerdo a la camiseta.
Seguidor de la Toleta,
por la gorra con que andaba,
mañoso como Cavada
y feo como Juan Bragueta.
El nombrado Luis Abel,
junto a su hermano Cochín,
se metieron chin a chin
al cuarto del Coronel,
que andaba para un burdel
haciendo unas “diligencias”,
mientras que en su dependencia
no había ningún subalterno,
que a estos tres hijos de cuerno
los paren en la gerencia.
Como Pedro, por su casa
estos tres “güele cemento”
tumbán, del primer intento
los cierres de las carcasas.
Como ratones de caza,
apearon todo el cableado,
lo llevaron a un colmado
de un barrio de La Caleta
y dieronse una jumeta
con pitrinche adulterado.
Quien me quiera hacer creer
que fueron estos palomos,
que pá comprar yerba y romo
desarmaron el panel,
que engañen a Abinader,
si es que se deja engañar,
que en mi no van a lograr
con cuenticos de adivinos,
creer que aquí no intervino
la mano de un general.
Juan de los Palotes
7 junio 2021