Por Juan Tomás Valenzuela
Sin decir de quien se trata,
la Berenice Reynoso,
anda buscando entre el pozo
a la mujer de la Táta,
pues se supo que esta rata
se metió en la batahola,
de la compra de una yola
con instrumental de lujo,
que era usada, sin tapujo
por la banda comesola.
Berenice, dijo el martes
que los del caso Coral,
se llegaron a comprar
para Adán y sus compartes,
un bote, que es todo un arte
de lujo en navegación.
No la mierda que Rondón
tiene anclado en Las Terrenas,
este es como el de Marchena
y vuela como un avión.
Este navío se compara
con el avión de Gonzalo,
no la piragua de palo
en que anda Mozart La Para,
ni aquella arca que usara
Noé, para aquel diluvio,
ni la falúa de manubrio
que usaban los pescadores.
Esta jodienda, señores,
supera al de Servio Tulio.
Los chelitos que el Conani
se gastaba en leche Bambi,
pastora y el barón Dandy,
(con más suerte que un salami)
lo inviertién en origami,
en utensilios de asueto,
en discos de Ray Barretto,
en aviones y navíos,
en teteos, amoríos
y estafar analfabetos.
Pero aquí está Berenice,
decidida a descubrir
como se pudo eludir
tanto cuarto en sus narices.
Si ya comieron perdices,
o no, estos desaprensivos,
se revisan los archivos,
no en CONANI solamente,
ya que estos dos delincuentes
no respetaban activos.
Juan de los Palotes
23 junio 2021