Por Juan Tomás Valenzuela
No tan solo Doña Luz,
creyó en la moral de Faña,
a quien de manera extraña
querían cortarle la lú.
La joven que vertió pus
sobre el amigo Leonardo,
movida por el bastardo
que antes controlaba el ajo,
nos dejó ver el refajo
como si fuera un leotardo.
“La vida de las personas
es como la artesanía,
que se talla cada día,
aún le hagan una encerrona.
No iba a ser esta leona,
desprovista de moral,
la que lo haría claudicar
enseñándole el trasero,
llevándolo a un derrotero
del que no se iba a salvar”
Así se expresó su esposa,
después de que el “No ha Lugar”
lo acaba de liberar
de una manera honorosa,
de la culpa sediciosa
de una dama sin principios,
que intentó chuparle el….
de manera descarada,
ma como no pasó nada,
accionó en contra principio.
Pero este lío de carajo,
no fue idea de esta muchacha.
Dicen que el que afiló el hacha,
fue el de la mafia del ajo.
Quien, cogiendo de guanajo
al señor Leonardo Faña,
le envío a la mujer araña
a qué le lústre las bolas,
y ella, como comesola,
por un pelito lo engaña.
Juan de los Palotes
6 septiembre 2021