Por Juan Tomás Valenzuela
Es un error garrafal
que por algún hecho aislado
que cometiera un soldado,
acosen al General.
Edward, no manda a matar,
ni a cometer desatinos,
si alguno pierde el camino
es asunto personal,
y lo tendrá que pagar,
porque sella su destino.
La culpa es individual
cuando se incurre en error,
y si el Sargento, Mayor,
Coronel o Mariscal,
creyó que podía matar
por un pequeño incidente,
es mucho más que evidente
que no estaba preparado
para actuar como soldado
y pero aún… ni como gente.
Ahora, quien pone en dudas
el caso, es el Ministerio,
por un manto de misterio
que al agente, en nada ayuda.
La realidad, plana y cruda,
es que no fue un accidente.
Al parecer, el agente,
realizó más de un disparo,
sabrá Dios, bajo que amparo,
pero es muy claro que miente.
Esa esperada reforma,
debe hacerse, por ya!
pues si no hay capacidá,
que al menos guarden las formas.
Se ha tomado como norma
que unos inescrúpulosos,
busquen un “guardia” afrentoso
y le propongan un trato,
para hacer del sicariato
un oficio peligroso.
Juan de los Palotes
3 octubre 2021