Por Juan Tomás Valenzuela
Una casta de mañosos
oriundos de Arroyo Cano,
compuesta por un anciano
y cuatro facinerosos,
están, de modo capcioso,
burlándose de la gente.
Uno que era presidente
y los demás, presidiarios,
y están pasando un calvario
por su accionar delincuente.
Mientras tres de los hermanos
están cumpliendo condena,
hay dos que andan en verbena
como Zutano y Mengano.
De estos dos, el más anciano,
que todos creían morido,
volvió de nuevo al partido
que ya había soltáo en banda,
diciendo que era en parranda
que andaba este jiedevivo.
La otra, la mochilera,
quien no ha vuelto a alzar la vista,
y vió todas sus conquistas
irse por la regadera,
su cara de charachera
hoy la lleva en una funda,
de esas que casi no abundan
por lo del cambio climático,
gracias al rechazo apático
que le dán por vagabunda.
Alcancé a vé a Radhamés
y al bandido de Mariotti,
ese obeso cabronzotti
que solo sabe comé,
hablando de tentempié,
de muertos y de parrandas,
incentivando a su banda
a retomar el país,
pá ver si con esto, a Luis,
le embroman la propaganda.
Por razones que ahora mismo
nadie puede suponer,
quieren volver al poder
desde el fondo de abismo.
No ven que el peledeísmo
ya tiene sus días contados.
Que si no están apresados
No es porque sean inocentes,
sino, porque falta gente
en la lista de encartados.
Juan de los Palotes
20 octubre 2021