Por Juan Tomás Valenzuela
Solo tres enajenados
fueron a la Luperón,
contra la vacunación
y otros crímenes de Estado.
Yo busqué por todos lados
a mi comadre Elsa Peña,
para evitar que hagan leña
de su fé y su convicción,
sobre una vacunación
de la que ella desdeña.
Esta manifestación
tuvo un éxito rotundo,
solo faltó el vagabundo
de la evangelización.
Aquel pastorcito hampón
que con Radhames Segura,
alteraba las facturas
en la C.D.E.E.E.
y que ahora tiene el tupé
de hablar de buenaventura.
A otra que no vi sudando
en el calor de la plaza,
fue a la insufrible payasa
que siempre anda protestando.
La que siempre está arengando
sobre el tráfico de haitianos,
que se fue en un mano a mano
con el nieto de Trujillo,
que con su cara de pillo
estafó gente a dos manos.
Creer que la estupidez
es un logro inalienable,
solo hace más detestables
este acto de pendejez.
Confundir con candidez
la negación a la ciencia,
es algo que con frecuencia
se comete en la comuna.
¡Póngase ya esa vacuna
y no joda la paciencia..!
Juan de los Palotes
19 octubre 2021