Por Juan Tomás Valenzuela
El corrupto patológico
de la ciudad de Salcedo,
le leyó a Antonio, su credo,
y lo hizo en tono muy lógico.
Dándole un uso ecológico
a la caca de su boca,
Bauta, confesó hacer coca
de los fondos del Estado,
en tono malhumorado
y suelto como una loca.
Bauta se sintió ofendido
cuando el senador Taveras
dijo que el Congreso era
una cueva de bandidos.
Que el dinero mal habido
que drenaban del Estado,
eran estos desgraciados,
con su patente de corso,
los que le daban endordo
con préstamos aprobados.
El congresista Taveras
esbozó en su alocución,
que allí había más de un ladrón,
aunque no la sala entera.
Bauta, salió a la carrera
dizque a “defender” su honor,
y armándose de valor
(aunque no así de vergüenza)
pretendió lavar la ofensa
desafiando al senador.
Antonio, no se amilana
frente a corruptos confesos,
y le dice al ruyehueso
del ladrón de Villa Juana,
que se busque un gato rana
pá que le alce los coj…
que él no le acepta presiones
ni a Danilo, ni a Leonel,
mucho menos a un lebrel
que defiende sinrazones.
Juan de los Palotes
27 octubre 2021