Por Juan Tomás Valenzuela
El problema de los taxis
(y no quiero ser soez)
se resuelve de una vez
implementando esta praxis:
Traerse un convoy de nazis
armados hasta los dientes,
que coja a esos delincuentes
que andan suelto en Punta Cana
y entrarle a plomo y macana
y sacarlos de ese ambiente.
Deben coger, uno a uno
a esos “padres de familia”
y ponerlos en vigilia,
en el planeta Neptuno.
Que los pongan en ayuno
con dos blocks en la cabeza,
doblados como una mesa
y con un palo de pico,
darle duro p’uel jocico,
como el león a la metresa.
A los qué hay que regular
es a los no regulados,
los que se han beneficiado
del desastre nacional.
A esos que quieren taxear
sin base de operaciones,
que solo atento a cojo…
y a una educación precaria,
someten a Rafael Arias
a una serie de presiones.
El taxi, más que transporte,
es la rama del turismo
que divide el salvajismo
de las modernas naciones.
Si ponen a estos guasones
a transportar carne humana,
le van a echar tal canana
a la gente del gobierno,
que se va a armar un infierno
peor q’el de la parte haitiana.
Juan de los Palotes
10 noviembre 202