Por Sin Reservas
Estamos super JARTOS de la inoperancia de las instituciones que para nada sirven, solo para gastarse un inmenso presupuesto, constituyéndose en una gran carga para los que los producimos, principalemnte las que están bajo la responsabilidad del Poder Ejecutivo. Y del Legislativo, ni hablar, pues son los responsables de cumplir y hacer cumplir, pero nada de nada.
De lo que se denomina «gobierno» en la República Dominicana adocelemos, pues elegimos un presidente para que lo ponga en práctica, pero de presidente no pasa y solo se limita a poner gentes a dirigir las instituciones, que no les interesa ponerlas a funcionar, y hasta lo más sencillo es imposible, comunicarse por teléfono, pues te sale una retahila de indicaciones grabadas, y al final si da con una de ellas timbra hasta que el mismo sistema te la tumba. Y más aún, todas las vainas que te indica es en un idioma que no es el suyo, que es otra violación. En fin nadie «gobierna» cada delincuente es un gobierno aparte, y decide que y cuando vas a hacer tus encesidades.
Ahora, principlamente en esta gestión, de Luis Abinader, las instituciones son el problema, no los delincuentes que las dirigen, y un ejemplo es la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), creada por el Presidente Doctor Joaquín Balaguer, para realizar una de las más importantes labores, como es darle seguimiento a las obras que tanto nos cuestan y asegurarse de que están cumpliendo con todos los estandares en su construcción.
Y sencillamente Luis Abinader, con su populismo barato, entendió que eliminarla era la solución y que el problema no era el grupito de corruptos, y ahora no sabemos quien vela por que las obras cumplan con los requisitos.
Lo que sí sabemos es que en el país habrán muy pocos que no sepan que los males son producto de una «Alianza Delincuencial Público-Privada», pero Luis Abinader, no quiere nada en manos públicas o solo en ellas, y ha decidido entregarle todo a los «privados». De ahí el problema armado con Punta Catalina, que al parecer llegó con el compromiso inicial de darsela a los privados, y si el pueblo no se para en dos, hubiese concretado su macabro plan.
Y como en el Estado, nada que dependa del Poder Ejecutivo sirve, ni resuelve, no importa leyes, ni códigos, en este caso el «Código de Tránsito» tenemos que entregarle el «negocito» de la supervisión o inspección de los vehículos a nuestros cómplices privados bajo el escudo de «Alianzas Público-Privadas», para no dar lugar a otro Punta Catalina, aunque demuestre que yo no sirvo, para lo que fui electo.
Ahora bien, usted no está en capacidad presidente Luis Abinader, de cumplir y hacer cumplir lo que prometió y lo que juró el 16 de agosto del año 2020, pues recoja y váyase.
Estamos requetejartos de tener presidente sin gobierno. Que cada cual continúe haciendo lo que le de su maldita gana, y nadie lo someta a la obediencia.
Estamos requetejartos de que todos sepamos cuales son los delincuentes y donde están y que los dejen seguir, y nosotros ser víctimas de sus maquinaciones.
Estamos requetejartos de quejarnos sin recibir respuestas.
Estamos requetejartos de denunciar y que estas se las lleve el viento, por que las instituciones que deben acudir en auxilio son parte, con cómplices y no solución.
Estamos requetejartos de que la mayoría de los empresarios sean parte y cómplices de toda la delincuencia.
Estamos requetejartos de que estos nos sigan asaltando en «Alianza Delincuencial Público-Privada».
Esta vaina debe demostrarse de que se concibió legalmente:
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