Por Sin Reservas
Cuando usted se respeta y lo hace para con los demás, pone por encima de todo, sus valores, su dignidad y todo lo que es correcto, recibe la consideración de sus iguales. Pero cuando usted si sitúa en el lugar donde el fin justifique los medios, y si ese medio le beneficia, hacerse «la loca» aunque se lleve de encuentro lo que sea, en este caso la Constitución de la República, vamos arriba.
Pues delincuente no solo es el que comete el delito, sino el que se beneficia de este, y esta mujer enganchada a la política ha resultado un azco hasta para su genero, pues en todo lo que ha podido sacar ventaja ha callado.
Y que Margarita Cedeño, tenga los ovarios de referirse a la modificación de la Constitución, no solo es una ofensa a nuestra memoria, sino que la termina de colocar como uno de los desechos políticos, que tienen jodido a este país, y que llevan cada día más, al que aparezca con buenas intenciones a desconfiar de los mal llamados políticos.
Por sujeta como esta los ciudadanos con buenas intenciones de colaborar no quieren incursionar en el ámbito político, que es desde donde más se puede hacer posible el resolver muchos males, pero que lamentablemente un porcentaje muy altísimo de los que están, hacen todo por desconcertarlos para que no se acerquen, por lo que la persona con valores, moral, y bien intencionada le tiene miedo a la política por las malas acciones de quienes están.
No nos sorprende que esta tipa salga AHORA a burlarse de nosotros en nuestras caras, defendiendo la Constitución de la República.
«No podemos modificar la constitución cada vez que se nos ocurre una idea que nos parece brillante», dijo esta. Y «calificó como una barbaridad las intenciones de modificarla».
Con eso salió la que con Danilo Medina, se limpiaron con la Constitución tras visitar el retrete.
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La farsante dijo, utilizando la engañosa y pegajosa palabrita «Pueblo», que repudiamos por qué se jartaron de vociferarla cuando ellos estuvieron haciendo malavares por robarse el poder otra vez.
«El ‘pueblo’ tiene necesidades apremiantes, a las que hay que abordar que no se solucionan ni modificando la constitución, ni echándole la culpa a la crisis o a lo que esté sucediendo fuera de este país», arengó este desagradable personaje.
Entre otras sicas que evacuó, dijo que «es aquí en territorio dominicano que hay que trabajar, sembrar raíces, conectar con la gente y crear empatía con las urgencias del pueblo».
Como lo está haciendo en la imagen, verdad Margarita?.
Burlándote de esa infeliz señora, con el «aporte» de una fundita de harina, comprada con nuestros impuestos, pero además adorna la burla con una despreciable sonrisa, que tanto ella, como el señar están repeliendo.
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