Por Juan Tomás Valenzuela
Don Miguel Cruz de la Mota
tenía un pase del ministro,
que obviaba cualquier registro
o la advertencia de un chota.
Él también tenía una flota
para llamar a Orlandito,
y al llegar, solo era un pito
que anunciaba su presencia,
con el cual, de la gerencia
le abrían la puerta al maldito.
Era “técnico asistente”,
no solamente de Orlando,
sinó de Chú, de Fernando,
y también del presidente.
Tomaba café caliente
en más de seis ministerios,
y actuaba con el criterio
de un “ministro de las sombras”,
a quien le tendían la alfombra
casi en todo el planisferio.
No era técnico ni nada,
como tampoco soy yo,
nunca lo fue Mirambeaux,
ni el bandido de Cavada.
El carné era la jugada
para los guachimanes,
no le enturbiarán los planes
de entrar a donde Orlandito,
como si fuera un perito
o uno de sus canchanchanes.
El carnet, para “El Curita”
fue una patente de corso,
que tenía su nombre al dorso
como el chele de palmita.
Y yo me pregunto ahorita,
¿cuantos más como Miguel,
tienen pases de Leonel,
del Ministerio de Hacienda,
de Turismo, de Invivienda
o del mismo Abinader?
Más allá de los prejuicios
que se pudiera tener,
Orlandito, Abinader
o algún ministro sin juicio,
no deben tener resquicios
respecto a seguridad,
porque la pura verdad
es que aquí hay muchos malucos,
que se inventan cualquier truco
pá cubrir necesidad.
Juan de los Palotes
9 junio 2022