Por Ricardo Bustos
Los argentinos, que siempre hemos creido ser campeones morales, mejores en todo, sin tener la capacidad de reconocer por una vez en la vida que somos como la peste porque no es casualidad que no nos quieren en ninguna parte, hemos recibido la peor de las ofensas en nuestro propio rostro.
YA NO EXISTIMOS. No existimos como país y menos como Nación porque somos una fábrica de hipócritas que solo canta el himno cuando juega el mundial de fútbol la Selección Nacional.
Nos hemos convertido, gracias a la noble dirigencia política, millonaria desde el inicio de la gestión, en una región de América al sur de Bolivia y Paraguay, envuelta por las banderas de Brasil, Uruguay y Chile, que hasta hoy, nos tienen lastima al saber que éramos sus referentes culturales, industriales y sociales.
¿Teníamos petróleo y gas…o era una mentira para hacernos creer a los ignorantes y sumisos ciudadanos argentinos que éramos una potencia industrial? La realidad nos golpeó el rostro y cuando despertamos, ya era tarde. La mitad de Argentina fué convcertida en una gran «Villa Miseria» con hermanos hacinados, sin saber leer o escribir y por ende, tampoco con capacidad para discernir entre un partido político o un populismo de millonarios dirigentes.
Nada debe asombrarnos. Todos de alguna manera fuimos cómplices. Quienes votaron a los gobiernos populistas, o aquellos que depositamos la confianza en la mal llamada y mentirosa «oposición», esa que siempre levanta las manos para aprobar proyectos inviables, solo por conservar su lugar en el Congreso y recibir dádivas de manera repugnante como pago poor su complicidad.
Inventaron el «todes, todex, unes» para atraer a esa generación de inválidos intelectuales y se hacen llamar milenials o jóvenes idealistas, subestimando la capacidad de quienes les dieron sus vidas y las herramientas para que pudieran instruirse en las Universidades gratuitas, pero prefirieron vivir de la política y su «caja millonaria».
Acá ya nada importa si fué Perón, Irigoyen, Menem o Kirchner, porque todos saquearon al país con sus fórmulas magicas y libretos respetados al pie de la letra.
«Las estimaciones privadas muestran datos sociales escalofriantes, y señalan que ya ni siquiera teniendo trabajo, formal o informal, se está a salvo de ser pobre. La inflación anual de dos dígitos y la suba sostenida en alimentos y bebidas por encima de la media mensual es un golpe letal a los ingresos familiares, que cada vez alcanzan menos». (Perfil)
De acuerdo con datos del Indec, el segundo semestre del 2021 la pobreza fue del 37 %, es decir alcanzó a 10,8 millones de personas; con una suba al 39 % habría 500 mil pobres más en este primer semestre del año.
Esto quiere decir que 2,800 personas a diario engordan las filas de la pobreza o, lo que es lo mismo, que hay 83 mil al mes que dejan de pertenecer a la clase media que históricamente representó el ascenso social en Argentina.
A su vez, el economista Eduardo Fracchia, en su panorama del IEM de abril del IAE de la Universidad Austral, estima que con estos niveles de inflación y actividad económica «se llegará con una pobreza cercana a 50 % a la elección de 2023».
Dan asco. Con semejante nivel de pobreza, indigencia y desnutrición existente en gran parte de la población Argentina, esta semana, la Presidente del Senado y Vicepresidente de la Nación y el Presidente de la Cámara de Diputados, aprobaron un aumento de salarios del 69 % para Legisladores y personal de las respectivas Cámaras. Es decir que si cobraban por no hacer nada $ 200,000 a partir de ahora van a percibir $ 340,000 mientras un jubilado percibe (no de bolsillo porque todos tienen algún préstamo que pagar) $ 37,000… ¿Se entiende bien? No respetan ni a sus Padres o Abuelos estos delincuentes de guantes blancos que ocupan bancas y deciden por nosotros.
Según el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censo que funciona en la órbita del Ministerio de Economía de la Nación y durante muchos años estuvo «secuestrado» por delincuentes que lo manejaban a su antojo con un revolver sobre el escritorio para que no se diga o se sepa la verdad de la cruel realidad que vive Argentina) el ingreso promedio per cápita del total de la población -el muestreo alcanza a unas 29 millones de personas-, alcanzó los $32,192, mientras que la mediana del ingreso per cápita fue de $24,571.
Es un indicador que refleja el grado de incidencia de la pobreza y la indigencia en la población. El índice específico que publicó la semana pasada el Indec mostró que el 37,2 % -unas 17,4 millones de personas- es considerada pobre en la Argentina y el 8,2 % vive en condiciones de indigencia y desnutridos.
Este es el resultado de los gobiernos progresistas y populistas que están ramificados en toda la América Latina y no hay un solo país que pueda decir o negar que es la verdad.
Acá no se trata de ideologías, estas son bandas de delincuentes armadas para generar temor en la población y aprovecharse de ello
Como veterano de tantos ejemplos similares que me han tocado vivir, esta vez, no me atrevo a decur cual o cómo será el final…No creo que sea un jardín de rosas…lamentablemente ñara muchos inocentes que confiaron y fueron defraudados.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador
Capiovi, Misiones, Argentina
DNI 7788556
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