Por Nelson Guzmán Diplán
Lo mejor no se conoce en el sentido sublime, por eso la búsqueda permanente del ser humano para superar lo que está en su control, cada conclusión científica, si tiene sentido de pertinencia hacia el futuro, debe generar nuevas interrogantes como potenciales temas a escudriñar, para superar en mejoría lo anterior.
La vieja Constitución dominicana de 1966 fue superada por los asambleístas del año 2010 de forma muy generosa, con más del doble del articulado, pero en una extraña coincidencia, el artículo dos es el mismo en espíritu y verdad. «La soberanía popular reside exclusivamente en el pueblo de quien emanan todo los poderes, las cuales ejerce por medio de sus representantes o en forma directa, en los términos que establece la Constitución y las leyes», dice.
Aunque la concepción democrática es vieja, la democracia que conocemos, la única que existe, no lo es. Esta debe concebirse como un constructo, algo que hay que estar permanentemente mejorando, enmendando y reconstruyendo.
La vigilancia ciudadana debe ser efectiva y garantista pues cada 48 meses democráticamente tenemos la oportunidad de cambiar los representantes. El pueblo elige de manera directa dos de los tres poderes tradicionales, el judicial se elige de manera indirecta con el auxilio de los dos anteriores.
El Estado tiene otros poderes y micro poderes. A mi opinión cualquier institución del Estado a la que se le consigne autonomía administrativa y financiera es un micro poder. Aunque el Ejecutivo es el jefe de la Administración Pública.
La administración local es exclusiva de los municipios.
En el poder legislativo, el Senado está compuesto por un representante por cada provincia y uno por el Distrito Nacional, sumando 32. La Cámara de diputados «estará compuesta por ciento setenta y ocho diputados elegidos por circunscripción territorial en representación del Distrito Nacional y las provincias, distribuidas en proporción a la densidad poblacional, sin que en ningún caso sean menos de dos representantes por provincias», Artículo 81 de la constitución.
Pero la dirigencia política nacional «está en Babia» y cuando se plantea la necesidad de redistribuir los diputados de acuerdo a la densidad poblacional, relincha y acusa a la Junta Central Electoral de dar un palo acechao, de destaparse tarde y manda a que se viola toda regla, o que se deje eso para el 2020.
La Junta no está proponiendo nada, como órgano técnico electoral con autonomía administrativa, financiera y reglamentaria tiene la responsabilidad de sacar el tema a flote, es su obligación de Estado.
¿Qué es esto? Hasta para el cumplimiento de la ley quieren un pacto de complicidad. ¡Por Dios!
La Cámara de Diputados crecía sin límites, sufría de una enfermedad llamada acromegalia, en el año 2010 los cirujanos constitucionalistas decidieron congelar su hipertrofia, ahora como en el maratón de New York, aunque compita un millón, habrá solo 178 certificados de ganadores. Eso es positivo.
Si continuábamos con el método anterior al edificio del Congreso cada cierto tiempo habría que agregarle una planta extra, habilitando oficinas para nuevos inquilinos, hasta convertirlo en rascacielos.
En el nuevo cálculo poblacional, las provincias de El Seibo, Hermanas Mirabal, Bahoruco, Samaná, Montecristi, Hato Mayor, Dajabón, Elías Piña, Santiago Rodríguez, Independencia, Pedernales, María Trinidad Sánchez, Ocoa, trece provincias aportarán solo 26 diputados al Congreso.
Monte Plata, Barahona, Valverde, Monseñor Nouel, Peravia y Sánchez Ramírez con tres cada una aportan 18 diputados. Azua, San Juan, Espaillat y La Romana con cuatro cada una suman 16. Duarte, San Pedro y La Altagracia con cinco curules aportaron 15. Puerto Plata, con 6, La Vega con 7, San Cristóbal 10, las tres demarcaciones suman 23 diputados.
Santiago y el DN con 18 cada uno aportaron 36 y la provincia Santo Domingo tendrá 44 así se suman los 178 diputados territoriales, más 5 por acumulación de votos nacionales y 7 de las comunidades del exterior dan el total de 190 congresistas. Es bueno aclarar que Monte Plata, Barahona, Espaillat, San Juan, Duarte, San Pedro, La Vega y San Cristóbal, disminuyen su población, cada cual perdió uno, que Higüey ganó uno y la provincia Santo Domingo ganó 8 nuevas curules.
La clase política necesita volver a la escuela, así entenderá lo que es movilidad física o migración de personas de un punto geográfico a otro, movilidad social o desplazamiento de los individuos tras su bienestar y que la movilidad política descansa en la soberanía popular, que la gente no es tonta, que puede quitarle el apoyo a quienes no le representan bien, sobre todo a esos fabricantes de leyes que a la vez propician su violación.
guzmandiplan@hotmail.com