Por Juan Tomás Valenzuela
El ayudante de aforo
que ascendió hasta senador,
dice que al legislador,
allí no le dan ni moro.
Que el director tiene un coro
con eso del presupuesto,
y lo único que ha puesto
en la mesita del break,
son galletitas Hatuey
y un quesito descompuesto.
“Un queso que gúele a mieida
llamáo dique Roquefói,
una agüita con coloi
de la que nadie se acuéida.
Y si meto por la iquieida
un pedazo de moicilla,
hata me quitan la silla
y me acusan de desacato,
mientra que tó eso tecato
andan regando colilla”
El senador provincial
desde Santiago Rodríguez,
no quiere que lo castiguen
poniéndolo a comer mal.
“Yo me quisiera jaitái
como me jaito en mi casa:
Un coco de agua con masa,
entresijo y cadeneta,
huevo frito con chuleta,
y un conconcito con grasa”.
“Que coño e’ que miñinguéa
éi cabrón de Eduaido Estrella,
si éi se jaita una paella
que namá güele a diarrea.
A mi que me dén chapea,
o locrio de longaniza,
poique pasaisela lisa
todo lo día en éi senado,
no hé lo que se había acoidado
cuando no dieron la visa”.
El folclórico empresario
del transporte colectivo,
no quiere de aperitivo
ningún queso centenario.
“Tráiganme produto agrario,
morí soñando y champola,
y esa fabada epañola,
con chorizo y con rivaido,
se la jaite éi mimo Eduaido,
ese hijuélarabandola”.
Juan de los Palotes
22 septiembre 2022