Por Juan Tomás Valenzuela
Regresó el ilusionista
que cambiaba por espejo
el oro de Pueblo Viejo,
tras una nueva conquista.
Con las ínfulas de artista
que lo ha caracterizado,
vuelve al ruedo este taimado,
jugando a la desmemoria,
prometiéndonos la gloria
si vuelve a ser aceptado.
Quien ya gobernó tres veces
y no dejó nada escrito,
vuelve por un chancesito
pá ensartarnos como peces.
Diciendo que a pocos meses
de reasumir el Estado,
el tema del alumbrado
podría ser por fin cubierto,
y también serían resueltos
los problemas agravados.
Aquel que en sus doce años
no invirtió en Educación,
advirtió en esta ocasión,
que nadie se llame a engaño.
Que aquí, ni Teodoro Escaño
puede teorizar como él,
“Contimás, Abinader,
que aunque no es buen presidente,
está haciendo algo decente
gracias a las dos Raquel”.
Así se expresa este truhán
sobre su pasado oscuro,
que aunque no construyó el muro,
fue que “concebió” ese plan.
También inventó el CIUTRAN
(que no sirvió para nada),
a la prensa deslenguada
que hoy apaña sus delitos,
a Quirino, a Quirinito
y al bandido de Cavada.
Leonel, cree que somos brutos,
o no tenemos memoria,
que ya olvidamos la historia
de sus dolos y usufructos.
Del ungido del eructo
que él dejó cuando se fue,
del maldito PLD
que prostituyó esta islita,
de Crispín, de Nalgarita
y la roya del café.
Juan de los Palotes
27 octubre 2022