Por Sin Reservas
Luis Abinader, llegó al Palacio Nacional, conciente de que no es nadie politicamente, por tanto quiso de inmediato arremeter contra la Constitución de la República, enviando a modificarla para ver si podía volver a colarse en el año 2024. Pues, también el pueblo arremetió contra este Burlón, Cínico, Farsante y Traidor, y no se lo permitió.
Acorralado y sin saliuda, Abinader, le echó manos a lo más sencible para los dominicanos, al tema haitiano. Primero buscó aplausos con la construcción del Muro fronterizo y lo dejó morir. Pero un año más tarde al verse casi al borde del derricadero volvió con la falsa del Muro fronterizo e hizo su mayor bulto e inició el muro con bombos y platillos.
A sabiendas de que es el sentir de la mayoría del pueblo, Abinader, logró lo que buscaba y consiguió bastante con este bultaso, pero como bulto al fin volvio al declive, y en su desesperación Cristóbal Colón, digo no, Abinader, le echó manos al Río Masacre, que él le había regalado a los haitianos en el año 2021, creyéndonos todos somos indios, y acaba de naufragar.
Independientemente de esto, Luis Abinader, que ha metido «legalmente» más de un millón de haitianos, ha venido jugando con la mal llamada «deportaciones», y en ese jueguito sucio hacen de todo.
En ese accionar le echaron manos en San Cristóbal a la ciudadana dominicana Cristina Martínez Lorenzo, y al parecer la lanzaron o enviaron a la frontera (no dudamos que por sus condiciones de salud, ya que no había ninguna posibilidad econónica) y no sabemos si determinaron que era dominicana y por eso no la deportaron, ya que si para ellos era haitiana, lo procedente era repatriarla.
El caso es que tras 22 días (desde el 20 de septiembre) de haber sido reportada desaparecida, Cristina, de 35 años de edad, fue localizada el jueves en Hondo Valle, provincia Elías Piña, en la frontera con Haití.
Sus familiares dijeron que la joven desapareció tras presentar una conducta agresiva en un hospital de San Cristóbal producto del trastorno mental que padece, y fue llevada a un destacamento y de ahí «trasladada para ser deportada, porque supuestamente fue confundida con una haitiana».
Cristina, residente en Cambita Garabitos, San Cristóbal, fue resguardada por una señora, que dio la voz de alerta y avisó a las autoridades, quienes se encargaron de trasladarla a su residencia.
«Gracias a Dios nuestra tía está con nosotros, la Policía nos la trajo, primero la llevaron al hospital, y llegó a su casa a las 9:30 de la noche de ayer», dijo Isaura Lorenzo.
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