Por Washington Cabello
(MAZATLAN, México).- La República Dominicana, representada por las Águilas Cibaeñas, en el inicio de la 63 edición de la Serie del Caribe, que se disputa en esta ciudad mexicana, ha picado delante, al vener a los Criollos de Caguas, de Puerto Rico, cinco carreras por una.
La serie que se juega desde ayer y que se extenderá hasta el sábado 6 de los corrientes, se disputa entre selecciones de Colombia, Panamá, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela.
Carlos Martínez, abridor, quien trabajó cinco y dos tercios de sólidas entradas, se alzó con la victoria. Enfrentó a 24 bateadores, de los cuales golpeó a tres, permitió la única carrera de los Criollos, tres sencillos, pasó por las armas a siete y otorgó dos bases gratis.
Martínez, fue ayudado por los relevistas Luis Felipe Castillo, Wirfin Obispo y Fernando Abad, quien pasó por las armas a los tres que enfrentó.
El más destacado lo fué Juan Lagares, quien remolcó todas las carreras de Dominicana, disparando un jonrón y un sencillo.
Perdió Luis Medina, quien fué el lanzador del año de la Liga de Puerto Rico, y también es dominicano, de la provincia Nagua. Mientras que Martínez es de Puerto Plata.
Águilas Cibaeñas en la República Dominicana
Las Águilas Cibaeñas, que desde el año 2007, no ganaban en su país, tuvieron una excelente serie Semifinal contra los Toros del Este y Final cntra los Gigantes del Cibao, llevando ambas serie hasta el séptimo juego.
De seguro nos dirán que las Águilas, ganaron el Torneo de Béisbol Otoño-Invernal de la Liga Dominicana de Béisbol (Lidom) en el año 2017, pero si hacemos una comparación entre este pasado Torneo y el del 2017, hay una diferencia del cielo a la tierra, ahora se disputó un campeonato con coraje, y en el 2017 o hubo cenutrios en las direcciones de los otros equipos o hubo órdenes a esos dirigentes de que había que «salvar el negocio», dándole el triunfo a las Águilas.
Pues sucede que esos dirigentes estuvieron ausentes, durmiendo, o como quiera llamarle, y aparecieron como dicen en las novelas -cuando yá era demasiado tarde- y las Águilas, habían masacrado el lanzador y anotado las suficientes para ganar.
Solo lo podemos remitir a comprobarlo en el último juego contra los Leones del Escogido y los de la final contra los Tigres del Licey, para que nos digan si hasta algún niño sabe que cuando el lanzador está dando señales de que «yá no puede más», y más, cuando no hay mañana, hay que traer a lanzar hasta el cargabates, y eso no sucedió, no sólo contra los Leones, sino con los Tigres.
Y esa sospechosa actitud de ambos dirigentes trajo consigo el «triunfo» de las del Torneo.
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