Por Washington Cabello
(LOS ÁNGELES, California, Estados Unidos).- No hay dudas que cualquiera de los equipos representativos de los países que compiten en el Clásico Mundial de Béisbol, puede lograr convertirse en campeón, lo difícil será igualar a la República Dominicana, que logró la corona invicto en la pasada versión del año 2013.
Los Estados Unidos, al mando de Jim Leyland, lograron por vez primera el campeonato, en la versión número cuatro que concluyó ayer, al medirse en la final a Puerto Rico, en un partido celebrado en el Dodger Stadium, de Los Ángeles, California, ante 51,561 espectadores.
El equipo de los Estados Unidos, que no había visto a linda, y que solo habían tenido que conformarse con un cuarto lugar de la segunda versión (2009), ya que Japón, es el dueño de las dos primeras (2006 y 2009) y la República Dominicana la anterior (2013) «que repetimos, tiene el record de lograrlo invictos, y que será muy difícil igualar».
Los Estados Unidos, que se enfrentó en esta final a Puerto Rico, un equipo que venía de vencer a todos los que enfrentó (invicto) y que en los siete juegos anotó 55 carreras, los humilló no permitiendole absolutamente ninguna libertad.
Los puertorriqueños, no pudieron con el abridor de los Azulejos de Toronto, Marcus Stroman, (que dicho sea fue muy criticado por su decisión de no jugar con Puerto Rico) y solo en la apertura del séptimo lograron su primer indiscutible, un doble en el bate de Ángel Pagán.
Stroman, nació en Nueva York, de madre puertorriqueña. Su decisión de trabajar para los, fue apoyada por su madre.
Stroman, fue ayudado por David Robertson, quien sacó los últimos tres para lograr y por la espectacular defensa del Guante de Oro, Brandon Crawford, campo-corto de los Gigantes de San Francisco, quien también impulsó dos vueltas.
Perdió, Seth Lugo, quien pudo salir airoso en los dos primeros episodios, pero no pudo pasar del tercero.
Finalmente el equipo de Puerto Rico, terminó el juego con solo tres hits y una blanqueda de ocho por cero.