Por Sin Reservas
Hemos escuchado que «Cuando te toca, toca», en referencia a que cuando una persona va a morir, no importa lo que haga o pase. O como expresa un chiste o cuento: Que la muerte andaba buscando a alguien, y este se raspo la cabeza y al no encontrarlo dijo: «Déjame llevarme al calvo (o pelado) que tengo aquí al lado».
Esto a propósito de la información de que el béisbolista Andy Pacheco, quien falleció ayer en un accidente de tránsito ocurrido en Boca Chica, «era el único de los cuatro ocupantes que tenía puesto el cinturón de seguridad». Viajaba en la parte trasera del vehículo, detrás del conductor.
Cuando los equipos de socorro del Cuerpo de Bomberos y las unidades de emergencia llegaron ya el joven había fallecido. Los demás fueron trasladados a un centro médico, sólo con leves heridas.
La información fue dada por Darío Medrano, gerente del conjunto Andulleros de Santiago, de la Liga de Verano del Cibao, de la República Dominicana, equipo que contrató al jugador.
Pacheco, de de 24 años de edad, nació en el Cerro, en La Habana, jugaba la tercera base. Fue campeón Sub-23 con Ciudad Habana, como DB y segundo al bate, jugaba la tercera base y soñaba con jugar en la liga grande del béisbol.
Representó a Cuba, en el Campeonato Panamericano, donde ganaron la medalla de oro, así como en un mundial realizado en Venezuela, donde obtuvieron plata. También participó en la Serie del Caribe, para adolescentes de 15-16 años, donde el equipo obtuvo el oro.
A comienzos de 2016, el periodista deportivo, Francys Romero, relacionó una lista de 150 jugadores que en solo un año (2015) abandonaron a Cuba, con aspiraciones de llegar a Grandes Ligas. En esa lista se encontraba Andy Pacheco, quien llegó a la República Dominicana en 2015.
