Por Sin Reservas
Hemos escuchado que «El que está bien no pelea», y es lo lógico y deseable, se prefiere la paz para disfrutar el bienestar.
No es el caso de Vladímir Putin, quien tiene problemas de toda índole, y es lo que más se nos parece a la policía dominicana, que para hacerse sentir tienen que oprimir y amenazar y abusar.
Realmente este individuo es un resentido social con poder para hacer daño, y lo está demostrando con sus más recientes acciones.
Este infeliz no tiene nada que perder, por lo que se le importa hacer lo de siempre, asesinar, tiene un prontuario delictivo de asesinatos, pues ese es su modus operandi, ya que no tiene argumentos ni razones, lo resuelve mandando a matar.
Si alguien osa enfrentarlo o disentir es a sabienda de que su vida está en peligro, ya sean políticamente o por vía de expresión en los medios de comunicación, no son dos ni tres los periodistas y políticos muertos por este psicópata. Y los de mejor suelte están presos sin expedientes.
Es lo que ha decidido hacer ahora esta cosa mandar a unos «pobres diablos» a matar a sus vecinos de Ucrania, sin saber de seguro por qué lo hacen, pero y porqué no toma la decisión él de encabezar sus desmanes, no no es tan guapo como se pinta para hacerlo, es un cobalde.
La vida miserable de este mal llamado «presidente», fue soportada por largos 31 años por la esposa, pero decidió ponerle fin a su complicidad con el crimen y opto por no seguir condenándose, votando a este criminal.
Lyudmila Putina, no solo lo votó, sino que contrajo matrimonio casi de inmediato, demostrando que es lo que merece este aficionado de los asesinatos, a la muerte.
Un ejemplo de lo que escribimos sobre este perverso es que el canal NTV realizó un reportaje sobre lo acontecido, titulado «¿De nuevo casada?», que tras ser transmitido en el Oriente ruso, desapareció del WebSite de la televisora. Lo que deja entrever que el asesino amenazó para que lo retiraran.
Cuando cuestionaron al cínico sin concepto de Putín, sobre el divorcio y le preguntaron acerca de sus planes sentimentales, el sin vergüenza respondió: «Primero tengo que casar a mi ex; después veremos».
El esposo de Lyudmila, es propietario de una editorial y director del Centro de Comunicaciones Interpersonales, del cual ella ha sido benefactora desde hace tiempo.
La señora de 65 años de edad, nació como regalo de Los Santos Reyes Magos, el 6 de enero, y el esposo tiene 45, o sea 20 años menor que ella.
Tras el casamiento, salió a relucir a través de la WebSite sobesednik.ru una información sobre la propiedad de un departamento en San Petersburgo.
Lyudmila y Vladimir Putin se casaron en 1983 y vivieron en Alemania del Este con sus dos hijas antes de mudarse a Leningrado, ahora San Petersburgo.
Según datos del registro estatal, el departamento de 139 metros cuadrados, ubicado en la segunda línea de la isla Vasílievski, fue adquirido por la familia Putín, en enero del año 1995.
Pero sobesednik, descubrió que tres años más tarde el inmueble fue puesto a nombre de Yekaterina Skrébneva, madre de Lyudmila, y en 2015 lo heredó Olga Tsomáyeva, hermana de la ex-Primera Dama.
El 24 de septiembre del año 2015 fue comprado por Lyudmila Alexándrovna Ocherétnaya, quien coincidentemente tiene el mismo nombre de pila, patronímico, fecha y lugar de nacimiento que la exesposa de Putin.
Además, la cédula de identidad de Ocherétnaya fue expedida el 2 de febrero de 2015, por lo que si se trata de Lyudmila Putina, el casamiento tuvo que haberse realizado poco antes de esa fecha.
El reporte de sobesednik fue publicado después de ser confirmado por un activista anticorrupción.
No obstante, los discretos Putin no han comentado nada acerca de la información sobre el nuevo registro del departamento.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que no puede referirse a la vida privada de la ex-Primera Dama. En tanto, Ocheretnyi, prefirió no hacer comentario alguno.
Con información de El País Internacional y sobesednik.ru
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