Por José Luis de la Calva
Migrantes buscan nuevas vías de entrada a UE
(Reuters).- Croacia dijo que estaba enviando con urgencia expertos en desminado a la zona fronteriza para identificar campos minados de las guerras de los Balcanes en la década de 1990, la última vez que cientos de miles de personas desplazadas caminaron por Europa.
La decisión de Hungría de cerrar la frontera externa de la UE con Serbia esta semana fue el intento más contundente a la fecha de un país europeo de poner freno al flujo de refugiados e inmigrantes que está desbordando al bloque.
Periodistas de Reuters vieron cientos de inmigrantes, algunos de los cuales se identificaban como iraquíes, caminar por los campos cerca de la frontera oficial de Sid, cruzando entre Serbia y Croacia, que es miembro de la UE desde 2013.
Llegaron en autobús desde el pueblo serbio de Presevo, en el sur del país, tras cambiar de ruta tarde el martes hacia suelo croata luego de que Hungría selló su frontera.
Medios serbios dijeron que al menos 10 autobuses con migrantes habían salido de Presevo en la noche hacia Sid.
Hungría está levantando una valla de 3,5 metros de alto a lo largo de su frontera con Serbia. El Gobierno húngaro planea además extender la cerca al límite con Rumania.
«Cercas, perros, policías y armas, esto parece la Europa de la década de 1930. ¿Y resolvimos el problema de refugiados con eso? No, no lo hicimos», dijo el primer ministro rumano, Victor Ponta. «Levantar una cerca solo lleva el problema a Serbia, a Croacia, a Rumania», agregó.
APLICANDO LAS REGLAS
El mayor flujo de migrantes que entra en Europea Occidental desde la Segunda Guerra Mundial ha sembrado discordia en el continente, avivando a partidos políticos de extrema derecha y poniendo en riesgo los avances de Schengen.
Hungría afirma que sólo está aplicando las normas de la UE con el cierre de su frontera y afirma que Serbia es un país seguro. Sin embargo, Naciones Unidas considera que Serbia carece de la capacidad para recibir a los refugiados detenidos en las puertas de Europa.
Hungría informó a Serbia que ordenó una suspensión de 30 días del cruce Roszke-Horgos tras los enfrentamientos entre los inmigrantes y la policía, dijo la cancillería serbia en un comunicado.
Alemania ordenó el domingo que se reintrodujeran controles fronterizos de emergencia para desviar el flujo de personas que querían llegar a Múnich, generando respuestas similares de otros países.
Croacia dijo que permitiría a los migrantes que lleguen a Serbia seguir su camino. El país tiene una frontera con Eslovenia que les podría dar a los desplazados una nueva ruta para entrar en la zona de Schengen.
La policía antimotines lanzó agua y gas lacrimógeno contra inmigrantes que intentaban cruzar un paso fronterizo hacia la Unión Europea cerrado por Hungría, mientras que refugiados en otros lados de los Balcanes buscaban nuevas rutas de ingreso.
Filas de policías antidisturbios, apoyados por vehículos blindados, se formaron detrás del cruce con Serbia, ahora cerrado con barricadas, mientras hombres jóvenes inmigrantes les arrojaban piedras demandando que se les permitiera el ingreso.
El paso fronterizo era hasta ahora la principal vía de ingreso de los miles de inmigrantes y refugiados, que cruzan primero a Grecia por mar y luego caminan a través de la península Balcánica para llegar a la zona de libre circulación de la UE.
Los refugiados que atravesaban los Balcanes dijeron que estaban buscando nuevas vías, posiblemente a través de Croacia o Rumania, ambos miembros del bloque pero que no forman parte de la zona de libre circulación.