Por Sin Reservas
Una caterva vestidos de policías fue enviado por el gobierno a agredir a los peregrinos de El Seibo mientras iban pacíficamente marchando hacia el Palacio Nacional y hasta les robaron pertenencias.
La pandilla de delincuentes persiguió la marcha hasta la avenida Máximo Gómez, de la capital, donde le lanzaron bombas lacrimógenas, propinaron golpes y arrastraron a las mujeres, incluyendo a las religiosas (monjas) que acompañaban a los protestantes.
«Nosotros creíamos que en este país había libertad y democracia, y que por lo menos a la parte eclesiástica la iban a respetar. Pero aquí ha habido abuso, han arrastrado a esas monjas y a otras mujeres por los brazos, le han arrebatado sus cámaras y las han golpeado”, informó uno de los peregrinos
El problema de estos campesinos es que llevaban decadas produciendo y residiendo en unas tierras, y de buenas a primeras aparecieron unos ladrones, que con apoyo del gobierno lo sacaron y les destruyeron las viviendas.
Este aborrecible acto vandálico y pandillero, hecho por mal paridos y por supuestas mujeres vestidad de policías es aborrecible. Pero más triste es no encontrar eco en las organizaciones femeninas, ni en una cosa que le llaman Ministerio de la «Mujer», porque eso está en manos de Lutero.