Por Sin Reservas
Mientras la situación de Haití, va de mal en peor, perjudicando aún más a la República Dominicana, y no cesan los secuestros, crímenes de periodistas y para colmo tuvimos a punto de iniciar el año 2022 con otro magnicidio, el intento de asesinar al Primer Ministro.
Pero lo más triste es que no se avisora absolutamente ningún cambio, y mientras eso sucede los ineptos cancilleres de ambos países andan paseándose por Argentina.
Jean Victor Généus, de Haití, y Roberto Álvarez, el -vende patria- de la República Dominicana, haciendo «bultos», por Argentina, que no resuelven nada, pues de lo que se trata es de que no tenemos un Duarte, o un Balaguer, con pantalones y dos grandes, que se las jueguen y les digan a los delincuentes internacionales:
«Ésta es mi casa, y en mi casa las reglas las pongo yo».
Y así llevamos décadas en la República Dominicana, con el bulto de «resguardo de la frontera», «la frontera está sellada». De aquí para Haití, sí, lo sabemos, pero de allá para acá miles de haitianos siguen arribando a diario al país por los pasos más inhóspitos que ellos se conocen al dedillo, y hasta con auspicio de los propios custodias de la frontera.
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Pero no, no es que ellos se juntan y deciden vamos a emigrar, salimos esta noche. No, son bandas conocidas que toda la vida han vivido de eso, compuestas por delincuentes tráficantes de ambos países, donde en la mayoría de los casos hay funcionarios dominicanos en el «negociaso».
El Primer Ministro, de Haití Ariel Henry, fue atacado a tiros durante los festejos conmemorativos por el Día de la Independencia del país, en momentos en que abandonaba una iglesia, donde se estaba llevando a cabo la ceremonia del 218 aniversario de la Independencia.
En las imágenes se escuchan los disparos cuando Henry, sale de la iglesia, este se agacha y sus guardaespaldas lo rodean, mientras otros responden con sus armas a los delincuentes.
El intento de magnicidio ocurrido en la ciudad norteña de Gonaïves, fue perpetuado por «Bandidos y terroristas», y dejó un saldo de una persona muerta y dos heridas.
El ataque ha aumentado las preocupaciones sobre la seguridad de los funcionarios en Haití, que ha estado sumida en una agitación política desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en julio del pasado año.
Pero más ante los ciudadanos de la República Dominicana, que están hastiados del arropamiento de estos ilegales, sin que no exista ningún poder del Estado Dominicano, que asuma su responsabilidad, y le ponga coto a esa situación, que además es muy peligrosa.
Durante el mandato del asesinado presidente, el jefe de Estado intentó sin éxito desplazarse a los sitios históricos de Haití en las fechas conmemorativas, y hasta el momento Henry, ha corrido con una suerte similar.
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