Por Sin Reservas
La embajada de Israel en la República Dominicana, se une a la recordación del 27° aniversario del atentado a la embajada de su país, ocurrida un día como hoy en el año 1992 en Argentina.
En la acción criminal resultaron más de 200 personas heridas y fueron asesinadas 29, de las cuales solo 22 pudieron ser identificadas por las condiciones en que quedaron los cadáveres.
Hoy 17 de marzo se conmemora un nuevo aniversario del ataque más sangriento contra una misión diplomática israelí.
«Yo como embajador en la República Dominicana y que estuve primero como miembro del Staff de la Embajada y luego como Jefe del equipo de rescate, después del ataque terrorista en la Embajada de Israel en Buenos Aires, Argentina, puedo decir que fue terrible», dijo embajador del Estado de Israel.
«Mi propia esposa Eva, que se encontraba en la sede diplomática salió lesionada por este atentado. Y debemos decir ‘No al terrorismo». Nos unimos al dolor de los familiares de las víctimas y sobrevivientes». expresó con tristeza su excelencia Danny Biran Bayor.
Hechos sobre el atentado a la Embajada de Israel en Argentina
En 2013, la Corte Suprema de Justicia informó a través de voceros que la investigación estaría “resuelta” tras el fallo del 23 de diciembre de 1999, que dio por acreditado que el atentado fue realizado por la organización terrorista libanesa Hezbollah.
Un presunto terrorista suicida habría detonado una camioneta Ford F-100 repleta de una mezcla de hexógeno y pentrita a las puertas de la casona donde funcionaba la legación, situada en Arroyo 910, casi Suipacha.
El vehículo fue comprado con dólares estadounidenses que tenían marcas características de las casas de cambio de Biblos, en el Líbano.
A pesar del blanco seleccionado, la mayoría de las víctimas no perteneció al personal de la embajada ni eran judíos, en una nueva muestra del indiscriminado accionar del terrorismo y el desinterés por la vida humana, independientemente de su origen, credo o nacionalidad.
Basta como muestra advertir que entre los muertos hubo argentinos, israelíes, bolivianos, un uruguayo, un italiano, ancianas alojadas en un geriátrico ubicado enfrente de la legación, ocasionales peatones y hasta un cura.
Por tratarse de una representación extranjera, la competencia originaria le correspondió a la Corte Suprema de Justicia, que en los primeros años casi nada avanzó en la investigación, de la mano del octogenario Ricardo Levene (h) y su secretario, Alfredo Bisordi, y luego, de la composición con “mayoría automática” menemista, encabezada por Julio Nazareno.
Tras diversos intentos por cerrar la causa o adjudicar la explosión a un “auto atentado” o a la presencia de un nunca probado “arsenal” supuestamente escondido en el sótano de la Embajada, recién 5 años después se designó a un secretario especial, Esteban Canevari, quien empezó a impulsar la pesquisa con mayor responsabilidad.
El cambio de la composición de la Corte y la designación del fiscal especial José Luis Mandalunis, para revisar lo actuado hasta el momento despertó ciertas esperanzas que aún no fueron satisfechas.
En la actualidad, sólo existen órdenes de captura dictadas en 2006 para el líder operativo de Hezbollah y su brazo armado, la Yihad Islámica libanesa -responsable del atentado-, Imad Fayez Mugniyah, (presuntamente asesinado con un coche-bomba en 2008, en Damasco, Siria, y el colombiano de origen libanés Salman el-Reda Reda, casado con una argentina y sospechoso de ser el coordinador local del ataque, ambos también imputados del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
Si bien por el hecho no hay condenados, se sospecha que los autores del ataque ingresaron al país a través de Triple Frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil.
El único “éxito” logrado por los familiares de las víctimas y los sobrevivientes fue la sanción, por unanimidad, de una ley resarcitoria, que habilitó una indemnización ya cobrada por la totalidad de ellos.
El atentado a la Embajada de Israel, fue el peor ataque terrorista en la historia de Argentina, hasta la voladura de la AMIA el 18 de julio de 1994, que dejó un saldo de 85 muertos y centenares de heridos, y el ataque más sangriento contra una misión diplomática israelí.