Por Sin Reservas
«Fueron por lana y salieron trasquilados», significa que alguien va esperando obtener un gran beneficio de una determinada situación, y sin embargo obtiene una pérdida, una desilusión o un desengaño, o todo a la vez.
Es lo que les ocurrió a un trío de «sindicalistas» que fueron a la embajada de Brasil, en la República Dominicana, a apoyar la corrupción y fueron ignorados por el jefe de la Misión Diplomática.
Gabriel del Río, presidente de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC); Jacobo Ramos, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD) y Rafael Abreu, presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS, se presentaron a la sede diplomática a depositar una comunicación en la que solicitan al gobierno brasileño la puesta en libertad del expresidente de ese país Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde abril acusado de corrupción.
Estos denuncian maltrato departe del embajador, Clemente Baena Soares, no solo por rehusarse a recibirlos, sino por haberles cerrado las puestas.
“No solo se negaron a recibirnos, sino que el embajador mandó cerrar todas las puertas de la embajada, incluido su portón de entrada, en un acto incalificable de intolerancia y desprecio por la disensión y la democracia”, se quejan.
Estos justicieros aseguran que Lula da Silva, fue apresado de manera injusta y arbitraria y condenado en un proceso en el que no le permitieron defenderse y sin que les probaran las acusaciones.