Por Washington Cabello
(CHIAPAS, México).- Más de 3 mil descendientes mayas danzaron para pedirle su intercepción a la Virgen de Las Mercedes por el fin de la violencia del crimen organizado en Chiapas, estado del sureste de México que afronta este año una racha de asesinatos, desapariciones y desplazamientos forzados.
«El mensaje de esta mañana es que podemos vivir en armonía, sabemos que San Cristóbal pasa por momentos difíciles como el resto de nuestras Diócesis, pero también queremos que esta señal sea una señal de paz, una señal de unidad», dijo en una entrevista con EFE, José Bartolomé Gómez, capellán de la iglesia de La Merced.
Esta peregrinación se produjo ante la violencia en el municipio de Reforma y los bloqueos del narcotráfico en las vías de La Trinitaria, Frontera Comalapa, Chicomuselo, Mazapa de Madero y Motozintla, cerca de la frontera con Guatemala, donde dos grupos criminales se disputan el territorio.
El contingente estuvo formado por familias enteras que se sumaron con coloridos trajes y máscaras, y bailaron más de 4 kilómetros bajo el sol en honor a la fiesta de La Merced, patrona del pueblo de San Cristóbal.
El incienso y la música de viento abrieron paso a la Virgen, llevada por hombres personificados en esclavos.
Detrás de ellos, miles de hombres bailaron durante más de cuatro horas y los vecinos los honraron con aplausos y pétalos de rosa.
Este año las calles se llenaron de bailarines disfrazados de dinosaurios, payasos, monstruos, prisioneros y superhéroes.
«El mandato que tenemos con la Santísima Virgen de La Merced es el que nos ayuda a seguir adelante, para que se calme un poco la violencia, en la familia, en las calles, para que nuestros gobernantes piensen un poquito mejor», dijo a EFE Julio Mazariegos, que baila desde hace más de 40 años.
La tradición se ha transmitido durante generaciones, señaló Germán García Santiago. «Desde niños hemos salido aquí disfrazados, esto es de generación en generación. Como siempre, para que tengamos paz, salud y tranquilidad», argumentó.
Serán cuatro días de celebración, en los que los mercedarios realizarán rituales católicos, como lo hacen desde hace más de 85 años.
Chiapas vive episodios violentos en los que miles de habitantes son presa del terror que estos grupos criminales están generando con desapariciones forzadas, secuestros y asesinatos, por no pertenecer a alguno de los dos grupos criminales.
La peregrinación finalizó pacíficamente en el mismo punto de partida.
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