Por Sin Reservas
No acabamos de entender las actuaciones de la mayoría de los miembros de la Policía Nacional y también de algunos de las Fuerzas Armadas, que disfrutan hacerse odiar.
Aunque vale decir que son tratados como bestias en sus instituciones y tenemos varios ejemplos de los minimos que en su desesperación, al no soportar tantos vejamenes, han tenido el coraje de hacerlo público. Entonces estos la mayoría «infelices» decargan sus frustraciones sobre sus «iguales» cuando lo envían a realizar su trabajo, y no van lejos para asesinar vilmente a cualquier indefenso, por un «quitame esta paja».
En el caso de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), que sus agentes abusan de los vehículos retenidos, principalmente de las motocicletas, su incumbente, general Frener Bello Arias, debe de ordenar la disrupción de esta aborrecible acción.
La «mayoría» de estos vehículos han sido adquiridos con esfuerzos y trabajo tanto de los empleadores, como de los que son los propietarios los propios conductores, y al menos que no sean ordenados ser destruidos por un juez, nadie, absolutamente nadie tiene derecho a maltratarlos.
Entonces nos preguntamos cual es el uso?, cual es el fín?, que ganan estos indeseables con hacerce más ominosos?.
Ante la situación el director Bello Arias, ordenó realizar una investigación, suspendió y sancionó a los involucrados, motivado por las denuncias recibidas desde Puerto Plata, pero no tenemos más información tras este anuncio.
Pero este solo es un ejemplo de las acciones repudiables que constantemente vemos (las que salen a la luz pública) de los uniformados, como agresiones físicas y verbales y asesinatos «hasta por rozar un vehículo».
Por esto la mayoría de ciudadanos oran para que no se le presente la necesidad de tener que visitar el departamento de policía o de enfrentarse en la calle con estos, pues sienten pavor hacia ellos.