Por Sin Reservas
Víctor Díaz Rúa, dijo que es todo lo contrario a lo que anda pregonando Julio Cury, de que le propinó trompadas, que fue él quien lo noqueó.
Indicó que eso lo puede testimoniar Manuel Peynado y los demás que se encontraban en el lugar.
«Manuel Peynado y todos los presentes me pueden desmentir y decir la verdad», escribió en las redes sociales.
La trifulca fue durante la celebración de las bodas de Manuel Peynado y María de Moya.
Cury, ecribió que Díaz Rúa, lo agarró por el cuello y que él se defendió, pegándole un gancho a la cara.
Ante estas escrituras de Cury, Díaz Rúa, escribió: «Está diciendo todo lo contrario del incidente ocurrido el sábado en la noche».
Ante el hecho se ha dicho que danilo Medina e Hipólito Mejía, llamaron a Julio Cury, para solidarizarse con él.
Oscar Cury
Tras el bochornoso espectáculo, Oscar Cury, hermano de Julio Cury, esribió en Facebook: «La boda de monos terminó a rabazos limpio».
«No me interesa la razón del escándalo, entre bomberos no se pisa manguera. A mí solo me molesta que Julio Cury, se escude detrás de la memoria de mi padre para justificar su sinfonía de desaciertos que ya se ha convertido en un evento semanal. Es consistente al menos en algo, ya que de joven afirmaba que es mejor que hablen mal, a que no hablen en lo absoluto».
«Julio, se ha pasado la vida negociando con algo que no le pertenece, y que por respeto a sí mismo, no debería hacerlo. Se ve ridículo y cursi que a los cincuenta y pico de años siga invocando el nombre de su papi para granjearse impunidad», agregó.
«Mi padre nos enseñó honestidad y respeto, pero obviamente esta comemierda no asistió a clases ese día. Durante los últimos diez años de su vida, ya muy anciano, frágil y deprimido con la situación en el país, lo engañó, manipuló e intimidó para hacerse de las suyas y acceder a propiedades del bien común», señala Oscar.
«Este señor es un oprobio, una vergüenza para la familia y para el país. Ahí no hay una pizca del ADN moral o ético de mi padre. Que sea hombre y forje su propio nombre, aunque esto solo sería posible en Najayo entre criminales», se queja.
Y a los anfitriones, eso les pasa por chulos, por querer estar bien con todo el mundo, concluye Oscar Cury.