Por Sin Reservas
La pareja de turistas Jonathas y Debora Muniz, que falleció en Chile a causa de inhalar monóxido de carbono, había invitado a una pareja, su hermana y su cuñado, de 27 y 30 años de edad, respectivamente, para que junto a sus dos hijos, de 14 años de edad, festejaran la llegada del cumpleaños número 15 del otro.
Desde Brasil se estaban tratando de comunicar urgente con Jonathas Muniz, para darle la trágica noticia de la muerte de su madre, Isabel Muniz.
El grupo estaba hospedado en un apartamento, en la calle Santo Domingo 504, en el centro de la capital, Santiago de Chile, y tras sentir los efectos, dicen (lo que no creemos) que se comunicaron con sus familiares vía telefónica, informándoles que estaban confrontando problemas físicos, pero lo extraño es que si estaban consciente para usar el teléfono, debieron estarlo para salir a buscar auxilio.
Los familiares al perder la comunicación con ellos, unos tíos y un pastor Adventista, alertaron a la misión diplomática de Brasil en Chile, y el cónsul, Ezequiel Chamorro Petersen, se apersonó al lugar, tratando de obtener respuesta, y al no conseguirla, se auxilió de un cerrajero, pero ya era tarde, los seis cuerpos yacían inertes por la intoxicación de monóxido de carbono.
Debora Muniz, escribió este último mensaje en Facebook: «Familia, Amor, Gratitud», con una imagen junto a su esposo y sus dos hijos en el Balneario Camboriú.
Una prima relató, que la familia planificó el viaje desde hace un año y arrendaron el departamento vía la Internet, mediante Airbnb, empresa que ofrece una plataforma de software dedicada a la oferta de alojamientos a particulares y turísticos mediante la cual los anfitriones pueden publicitar y contratar el arriendo de sus propiedades, la cual informó que costeará la repatriación de los cadáveres.
Jonathas, era el Encargado de Recursos Humanos del Instituto Adventista de Tecnología (IATEC) en Sao Pablo, Brasil.