Por Washington Cabello
(SAN SALVADOR, El Salvador).- Inmediatamente el día después de tomar juramento como presidente de este país, Nayib Bukele, en su primera medida, ordenó a las Fuerzas Armadas retirar del cuartel de la Tercera Brigada de Infantería, en San Miguel, el nombre de Domingo Monterrosa, el militar señalado por la Comisión de la Verdad de la ONU, como responsable de la Masacre de El Mozote, ocurrida en diciembre del año 1981.
«Se ordena a las Fuerzas Armadas retirar de inmediato el nombre del Coronel Domingo Monterrosa, del Cuartel de la Tercera Brigada de Infantería, en San Miguel», escribió en Twitter.
Se ordena a la @FUERZARMADASV retirar de inmediato el nombre del Coronel Domingo Monterrosa, del Cuartel de la Tercera Brigada de Infantería, en San Miguel.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) June 2, 2019
La sociedad y principalmente los familiares de las víctimas y los sobrevivientes de la Guerra Civil, llevaban varias décadas reclamando el fin de esta aberración. La acción ha sido calificarla de histórica por la mayoría.
Este día se acaba la leyenda que nos vendió el FMLN que era complicado borrar el nombre de Monterrosa de la 3 brigada, que los militares darían golpe… ¡Nos mintieron! Era algo de voluntad y compromiso real con las víctimas, más allá del discurso. Gracias presidente @nayibbukele. Escribió @Bessy_Rios.
El relator especial de la ONU, para la Promoción de la Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de no Repetición, Fabián Salvioli, solicitó el pasado mes a El Salvador retirar el nombre de Monterrosa del cuartel.
«He pedido que se quite el nombre del coronel Monterrosa al destacamento militar. No se le puede rendir honores a alguien responsable de una masacre. ¿Qué clase de valores son esos?, señaló.
Y por supuesto los cómplices del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), gobernaban, y era de esperar que no hicieran ningún caso.
La Comisión de la Verdad de 1993, determinó violaciones a los derechos humanos durante la Guerra Civil (1980-1992), y afirmó que Monterrosa, fue el comandante del batallón de élite Atlacatl, cuyos miembros perpetraron la masacre.
Esta guerra se afirma que fue financiada por Estados Unidos, que durante aquellos años destinaba al gobierno de El Salvador casi US$1 millón diario, que iba a pertrechos militares, adiestramiento, alimentación, colaboración de asesores o la formación de los batallones de contrainteligencia. Sin embargo los Estados Unidos, aseguran que iba destinada a la consolidación de la democracia en El Salvador.
Cuando la prensa estadounidense publicó informes sobre lo sucedido en diciembre de 1981, el entonces subsecretario de Estado para los derechos humanos y asuntos humanitarios, Elliott Abrams (ahora enviado especial del presidente Donald Trump, para Venezuela) tildó las denuncias de propaganda comunista.
La historia
La masacre es una de las mayores matanza ocurridas en la segunda mitad del siglo XX en América Latina, cuando entre el 10 y el 12 de diciembre de 1981, miles de soldados que combatían a la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) lanzaron la llamada «Operación Rescate» en varios caseríos del este de El Salvador.
La acción dejó a El Mozote, La Joya, Cerro Pando, Jocote Amarillo, Ranchería y Los Toriles, prácticamente reducidos a cenizas.
Fueron asesinadas más de mil personas, la mayoría niños, que gritaban pidiendo que no los mataran. 40 años después nadie ha sido procesado.
En 2012, una comisión especial del Ejército descartó una instrucción del entonces presidente Mauricio Funes (2009-2014) de hacer una «revisión de su interpretación de la historia» que evitara rendir tributo a presuntos violadores de los derechos humanos, lo que fue visto por muchos como una alusión a Monterrosa.
Este mismo año Funes, pidió perdón en nombre del Estado por la Masacre de El Mozote y al Ejército revisar a sus héroes, aunque no ordenó finalmente medidas concretas para quitar el nombre del militar del cuartel, como pedían los sobrevivientes de la matanza.
El Ejército de El Salvador no reconoce su participación en la masacre, asegura no tener documentación que la pruebe y considera a Monterrosa, un héroe de la lucha contra la insurgencia armada que se diseminó por el país en la década de 1980.
Y es que, por décadas, pese a los numerosos reclamos, los sucesivos gobiernos de El Salvador evitaron tocar directamente a la figura de Monterrosa, pues, según analistas, existía temor de que se pudiera generar inestabilidad o incomodidad en las filas del Ejército.
Una comisión del Congreso propuso la Ley de memoria histórica, que fue vista por sus detractores como un intento de garantizar una amnistía a los presuntos responsables.
Y precisamente el recien juramentado Presidente de la República, Nayit Nukele, cuando el Congreso se prestaba a discutirla, amenazó con copiar sus nombres para tenerlos en cuenta para futuras elecciones.
Domingo Monterrosa, que murió en extrañas circunstancias en 1984, fue entrenado en la Escuela de las Américas (SOA) en Panamá, y luego fue enviado a Taiwán, para estudiar tácticas de insurgencia anticomunista.
Una sección especial a su nombre fue creada en el museo de las Fuerzas Armadas de El Salvador y, tras su fallecimiento, el Congreso salvadoreño lo honró con el título de «Héroe de Joateca» y lo declaró héroe nacional por su servicio al país.
Imagen: @DireccionAmaya