Por Washington Cabello
(WASHINGTON, D.C., Estados Unidos).- El abogado, actor, cantante, compositor, músico y político panameño, Rubén Blades Bellido de Luna, más conocido como Rubén Blades, le dio una contundente respuesta al payaso, porque no es alienado nada, sino un verdadero sinvergüenza, Nicolás Maduro.
Blades, quien fue Ministro de Turismo de Panamá entre 2004 y 2009 y candidato presidencial en el 1994, es un crítico del desgobierno de Maduro y denunciador de la crisis venezolana, por lo que Maduro, lo criticó en la chercha que emite en la cadena estatal de televisión VTV y lo catalogó de “Pablo Rico”, diciendo que él era «Pablo Pueblo», en alusión a la popular canción de Rubén.
“Yo soy Pablo Pueblo, Ruben Blades, ¿oíste? Y tú ya no sé si eres Pablo Rico ahora, y te olvidaste de tus raíces”, dijo el payaso de Maduro en referencia al protagonista de la canción homónima compuesta por el panameño en 1977
Rubén Blades, no toleró que el desgobernante de Venezuela, tratara de hacerse el «gracioso», y le contestó que ha convertido a la izquierda en “una parodia” y de dividir y reprimir a su pueblo. Lo llamó “emperador” y lo acusó de “robar” el futuro y “reprimir a su gente” y de convertir a la izquierda en “una bufonada”.
He aquí la contundente respuesta:
Presidente Maduro:
El imperialismo, como el totalitarismo, posee muchas manifestaciones. Como parece que usted solo puede ver una clase de tiburón, permítame decirle que los hay de distintas especies y que se encuentran en todas las latitudes. Algunos son caníbales: se comen a sus semejantes.
Usted se apropia del título de mi canción y se auto titula Pablo Pueblo. Me permito corregirlo:
Pablo Pueblo, jamás reprimiría a su gente; Pablo Pueblo, no divide a su pueblo; Pablo Pueblo, administra lo poco que tiene con responsabilidad; Pablo Pueblo, no le roba el futuro a su propia gente, desconociendo el mandato de su Constitución.
¿Qué quiere decir al llamarme “Pablo Rico”?
El asunto no es determinar quién es rico o no; el asunto es determinar si esa riqueza se obtuvo en base a la infelicidad de otros, o de forma deshonesta. Pablo Pueblo, jamás vivió en el palacio en el que vive usted, ni existió rodeado de lujos, ni actuó como un emperador, como lo hace usted…
¿con el dinero suyo?
Siempre he procurado que mis acciones sean consistentes con mis posiciones. Lo que tengo lo obtuve trabajando honestamente, como hace Pablo Pueblo.
La coherencia es lo que verdaderamente alimenta el principio, no los discursos faltos de sustancia y los alaridos ideológicos con que se cubren aquellos que avasallan a sus pueblos.
Las acciones suyas no son el reflejo de su discurso. Usted no es de izquierda y de hecho sus acciones le han hecho mucho daño al concepto de la Izquierda. La ha despojado de su nobleza ideológica y la ha convertido en una parodia, un circo de bufonadas, un horrendo ejemplo de cómo no se debe hablar y mucho menos gobernar.
En este sentido, como representante de la izquierda, usted está a años luz de un Estadista como Pepe Mujica, por ejemplo.
Como ocurre siempre, el tiempo demostrará la verdadera contribución de cada uno de nosotros. Y a pesar de mis errores, cometidos y por cometer,
mi aporte en el balance final no incluirá muertos ni heridos, ni una economía destruida, ni un país en caos y en ruinas.
Piénselo bien, Sr. Presidente.