Por José Luis de la Calva
TOKIO, Japón.- Un fuerte terremoto de magnitud 7,8, estremecio las Islas Ogasawara de Japón (también conocidas como Islas Bonin) y en la región de Kanto; en principio se informó de 8,5u pero las autoridades rectificaron posteriormente.
De inmediato el gobierno ordenó a la policía nacional poner marcha un comité de emergencia.
Fue sentido a las 20.24 (11.24 GMT) hora local a una distancia de unos 1.000 kilómetros de Tokio y con el epicentro a 590 kilómetros en el Océano Pacífico. Según las primeras informaciones no habría alerta de tsunami.
El temblor alcanzó el nivel 5 superior en la escala japonesa cerrada de 7 grados (centrada en las zonas afectadas más que en la intensidad del temblor) cerca de la isla de Hahajima, una de las dos únicas habitadas de este archipiélago.
Las lejanas islas Ogasawara son pertenecientes a la prefectura de Tokio.
Hasta el momento no se han reportado daños materiales, ni perdidas de vidas humanas, debido a la gran profundidad y lejanía del temblor. Mientras que la operadora de la central nuclear de Fukushima aseguró que no se ha registrado ningún incidente, ni la autoridad nuclear tampoco ha tenido noticias de anomalías en el resto de las plantas del país.
La cadena pública NHK informo que el movimiento de tierra causó la paralización momentánea del tráfico ferroviario, del metro de Tokio y de las operaciones en los aeropuertos de la zona de Tokio. Y que 600 viviendas se quedaron sin energia electrica en Tokio y en Saitama.
En Tokio la intensidad fue de 4 en la escala japonesa y de 5 inferior en algunas zonas de la colindante prefectura de Saitama, que forma parte de la área metropolitana de la capital nipona.
La localidad más cercana al seísmo es Chichi-jima, en el archipiélago de Ogasawara (este de Japón) donde viven unas 2.000 personas.
Japón se asienta sobre el llamado anillo de fuego del Pacífico, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia por lo que las infraestructuras están especialmente diseñadas para aguantar los temblores.
EcoDiario.es / Reuters / Europa Press