Cortesía: elmundo.es
Un nuevo terremoto vuelve a sacudir el devastado Nepal, en el Himalaya.
El fenomeno tuvo una intensidad 6,7 en la escala Richter, a solo 24 horas después del devastador seísmo de intensidad 7,8 que ya ha dejado 2.357 victimas fatales y seis (6) mil heridos, de acuerdo con las últimas últimas cifras ofrecidas por el Ministerio del Interior del gobierno nepalí.
Una nota global del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informa que la réplica tuvo su epicentro a 81 kilómetros al este de la capital nepalí, Katmadú. El movimiento telúrico se ha sentido en Nueva Delhi y en prácticamente todo el norte de la India y en Bangladesh.
Las calles de Katmandú han amanecido llenas de personas que pasaron la noche en vela mientras se repetían las réplicas, dice un despacho publicado por el diario digital elmundo.es, ya que el país ha sufrido al menos 35 réplicas de intensidad entre 4 y 6,6.
El diario también dice que el Gobierno nepalí ha llamado a la población a mantenerse alerta durante las próximas 48 horas ante la posibilidad de que los nuevos temblores terminen de derrumbar edificios afectados y en situación de fragilidad desde ayer o se produzcan caídas de postes y muros.
De acuerdo con el último balance oficial, la cifra de fallecidos sobrepasa los 2.000. Según el portavoz de la Policía de Nepal, 1.953 personas perdieron al vida en su país, otras 62 murieron en La India y 17 en China.
De todos ellos 22 fallecidos son montañeros que quedaron sepultados como consecuencia de las avalanchas producidas en el Everest tras el terremoto. En la zona hay 217 desaparecidos.
«Unidos para responder»
Miembros del Ejército indio ya están en las calles de la capital ayudando en las tareas de rescate y media docena de helicópteros de este país sobrevuelan la zona.
El primer ministro de Nepal, Sushil Koirala, ha pedido a sus compatriotas unidad ante el «gran desastre» del terremoto a su regreso de Yakarta, donde estaba de viaje oficial. «Este es un gran desastre, estemos unidos para responder», manifestó Koirala en unas declaraciones a la prensa tras llegar al país proveniente de Indonesia, donde asistió a la conmemoración del 60 aniversario de la Conferencia de Bandung.
Koirala llamó a manejar la difícil situación que está viviendo el país «de manera constructiva» para no generar «pánico» entre la población y así poder trasladar un mensaje que ayude a organizar la respuesta humanitaria.
Las autoridades trabajan en la recuperación de las comunicaciones y de la electricidad, que está cortada en buena parte del Valle de Katmandú, la zona más poblada del país.
«Intenté entrar en casa, pero llegó un temblor y lo movió todo, no puedo volver y estoy en la calle con mi hijo y mi marido», indicó Radha Ranabhat, una vecina de la zona de Dhapashi donde el terremoto hizo estragos.
El director general de la Autoridad de la Electricidad de Nepal, Mukesh Kafle, indicó que el Gobierno trabaja en la movilización de generadores de electricidad en las torres de telefonía para recuperar la cobertura en el país, severamente dañada por el seísmo.
Nepal es un país donde gran parte de la población tiene generadores individuales por lo que las colas en las gasolineras eran kilométricas a primera hora de hoy con cientos de personas en busca de combustible.
Todos los cuerpos de seguridad están movilizados desde ayer y el Gobierno ha habilitado 15 campamentos en zonas abiertas de la capital para albergar a quienes han perdido su hogar o necesitan ayuda.
Además, las autoridades han enviado cuatro helicópteros a la zona de Gorha, al noroeste de Katmandú y donde se situó el epicentro del terremoto, así como otros lugares del valle para comprobar la gravedad de la situación.
El terremoto de ayer es el seísmo de mayor intensidad en casi 80 años en el país y el peor que ha venido la región en una década, desde que en 2005 un movimiento telúrico causara una tragedia de grandes dimensiones en la Cachemira, con un balance de más de 84.000 muertos.