Por Sin Reservas
La señora María Adolfina Grullón Suárez de Acosta, aunque nació en el municipio de Guayubín, provincia Monte Cristi, contrajo nupcias con el cotuisano Antonio Acosta Nicasio, por lo que plantaron residencia en esta ciudad, haciéndose una hija meritoria y consagrada a la provincia Sánchez Ramírez.
Doña Adolfina, como le era llamada por casi la mayoría, ya que sus familiares la llamabamos «Finita», en nuestro caso «Tía Finita», se nos fue a los 86 años de edad, nació el 20 de febrero del año 1932, hija del señor Juan Grullón y la señora Elisa Suárez, quienes haciendo honor a la frace: «Por docenas es más barato», procrearon esa cantidad de hijos, ocupando Tía Finita, el lugar número 11.
Era la única de los tíos que quedaba por parte de los Grullones, que dicho sea nuestro padre Sandino Enrique Grullón Suárez, también procreo con nuestra madre, Ana María Domínguez Ureña, 12 hijos.
Fueron sus hermanos: Aquilino Querenquis, Olimpia, Sandino Enrique, Emilia, Federico,
El último encuentro familiar, de los que cada año realizaban en su hogar, principalmente los sobrinos:
Tía Finita, realizó sus estudios primarios en su comunidad natal. Al pasar al nivel secundario, estudió por un tiempo en el colegio Sagrado Corazón de Jesús de Santiago y continuó en la Escuela Normal Superior Emilio
Prud’Homme de esta misma ciudad.
Desde temprana edad comenzó a impartir docencia en la escuela rural Juan Gómez, en su comunidad natal.
Posteriormente fue a la capital como docente en la escuela María Toledo del Ensanche Ozama, hasta que años más tarde pasó a la escuela Juan Sánchez Ramírez de Cotuí, en donde laboró como maestra y como directora por varios años hasta que se jubiló.
El último adios, misa de cuerpo presente, en la Iglesia Inmaculada Concepción:
En sus años de trabajo en este municipio impartía clases gratuitas a adolescentes de escasos recursos y a adultos analfabetos.
Entre las cosas que creó en la escuela destacan: grupos de teatro, ballet, coro, clubes de limpieza y clubes sociales.
Por otro lado, tanto en sus años de trabajo como jubilada, es conocida por su labor como educadora en repostería y pastelería, oficio que ejerció por muchos años.
El 28 de diciembre de 1958 contrajo matrimonio con Antonio Acosta Nicasio, con quien convivió por 60 años. Juntos tuvieron la gracia de criar un buen número de hijos, sobre todo por la escuela de crianza y enseñanza que esta laboriosa mujer llevaba. Esos hijos hoy suman una gran cantidad de nietos, bisnietos, así como un gran número de ahijados.
Fue una incansable mujer de oración, que se consagró por entero al rezo del Santo Rosario y al Apostolado de la Oración, hasta sus últimos días.
Actividades y Misa por el Novenario en conmemoración de su partida hacia los brazos del Señor:
En la iglesia fue una fiel y entregada colaboradora, siempre dispuesta a cumplir la voluntad de Dios, ganándose así el cariño de sacerdotes y feligreses.
Con 86 años de edad falleció el 13 de mayo de 2018 en su hogar, día en que también conmemoramos a Nuestra Señora de Fátima, madre que nunca la dejó sola.
Hija, esposa, madre, hermana, abuela, maestra y gran mujer de oración. Eso fue Adolfina (Tía Finita) a tantos que la conocimos y hoy oramos por su eterno descanso.