Por Sin Reservas
Casi todos hemos escuchado el refrán «Muerto el perro se acabó la rabia», lo que se quiere decir con esto es que si está muerto no puede continuar siendo un peligro, que vale para todos los seres vivos.
Y tal parece que las autoridades y personas, se han tomado el refrán con una distorsión tal que no solo están causando otros males, sino que estan siendo excesivamente malvados con los animales que nada de culpa tienen de enfermarse, ni mucho menos que sus iguales hayan adquirido la enfermedad, para que estos crueles salvajes los envenenen y los maltraten.
Es por tanto que personas y fundaciones protectoras de animales, llamaron a que cambien la práctica por otro metodo menos dañino. Al tiempo de advertir que estas matanza de perros y gatos al lanzar veneno sin comedimiento acarrea otras enfermedades.
Aseguran que las muertes de personas por rabia ha sido por ineficiencia por parte de los centros de salud donde han acudido los pacientes.
Asimismo han señalado indiferencia por parte de las instituciones que tienen que ver con la aplicación de la Ley 248-12, sobre Protección Animal y Tenencia Responsable y de los prácticamente inexistentes controles sanitarios en la línea fronteriza.
«La solución no es poner veneno. No es lícito que cualquiera persona, organización, junta de vecino, Etc., esten pidiendo que se lance veneno por doquier sin comtemplación». E incluso otros han sugerido que no se debe sacar a pasear las mascotas.
Otros han criticado que la anunciada reorganización del Centro Antirrábico, se quedara solo en eso «en un anuncio».
Ley 248-12 sobre Protección Animal y Tenencia Responsable, ordena la creación albergues y centros veterinarios públicos, la aprobación de un reglamento y de una unidad en la Procuraduría, que es lo único que existe hasta el momento.
Entre los que se han pronunciado al respecto se encuentran Darío Andújar, de la Fundación Albergue S.O.S; Myriam Rodríguez Scott, de la Fundación Quisqueya en Desarrollo y el doctor Pablo Burgos, de Aquavet Veterinaria, los cuales dijeron que para el reglamento entregaron un borrador, y tal parece que no le hicieron caso.
Hicieron un llamado a la sensatez, a la sensibilidad, al respeto a la ley, por parte de la ciudadanía para que detengan los envenenamientos, exigiendo al mismo tiempo al Gobierno poner fin a males como la rabia, mediante el cumplimiento y aplicación efectiva de las disposiciones legales vigentes.