MI VOZ ESCRITA, Por Jorge Herrera
Puestos al desnudo ciertos salteadores de la comunicación dominicana en artículos anteriores, pero que no los identifico con sus nombres y apellidos por respeto y consideración a los familiares de los que están vivos y porque soy incapaz de irreverenciar la memoria de los finados, continúo.
Seguiré con el “leitmotiv” de la serie de artículos que he venido escribiendo: Reconocer y destacar por lo alto la originalidad creativa de don Radhamés Aracena. Para cumplir con ese propósito cuento como muestra, no un botón; podría ser una lencería completa.
La primera de ellas es cómo nace Radio Guarachita. Cuando asesinan al Generalísimo Trujillo el 30 de mayo de 1961 su mentor y propietario-fundador producía en la emisora “La voz del Trópico” el programa “El Siete a Ocho de Mejoral”, donde difundía discos de la llamada música de amargue; un simple locutor.
Muchos creen todavía que el señor don Radhamés Aracena consiguió la frecuencia de radio 690 kilociclos en Amplitud Modulada (AM) por una supuesta relación familiar de su esposa doña Zunilda Read con el fenecido gobernante de entonces, el golpista Donald Joseph Read Cabral.
Nada más incierto; no eran ni arientes ni parientes. Una rara coincidencia que pudo haber hecho más daño que beneficiar.
Es de suponer, en consecuencia, que todo se debió a una condición visionaria de don Radhamés Aracena que nadie que se respete se atrevería a cuestionar.
Ya doña Zuny me contará la historia un día de estos, si Dios quiere que así sea.
Mientras, lo cierto es que Radhamés Aracena tenía que saber lo conveniente de esa frecuencia para su proyecto. Afirmo esto porque la magia de la radio se adueñaba de todo el que de alguna manera se involucraba en ella. Me atrevo a asegurar que el conocimiento de la dinámica del espectro radioeléctrico, lo adquirió de don Joaquín Custals, ingeniero eléctrico cubano, propietario de la Voz del Trópico.