Por Guillermo Cifuentes
“La ruptura con las nociones previas es la condición para construir el objeto científico”. Pierre Bourdieu
Como en lo que se está pensando es en ver qué acomoda mejor para la elección próxima y no en la democracia, lo rebuscado y básico de las argumentaciones no tendría tanto de condenable. Los incumplidores del Artículo 63 de la Constitución, en especial de su numeral 10 sobre la inversión del Estado en la educación, tienen ahora un nuevo credo, el artículo 277, que sirve de trinchera a la impunidad y que se opone al pensamiento inteligente.
Esta semana llegamos a niveles de paroxismo, que empezaron con un análisis marxista del conflicto del Comité Político del PLD. No hay que cansarse de suplicar que cuando se cita a autores importantes es recomendable haberlos leído: es absolutamente imposible que Carlos Marx, en sus escasas referencias a América, hubiera tratado el tema del PLD. La frase a la que se hace referencia hasta el sol de hoy no hay manera de encontrarla en algún texto del alemán. Busqué por si acaso en “El 18 de brumario de Luis Bonaparte” considerado una obra sin igual en el análisis político y nada, busqué en “La lucha de clases en Francia” y tampoco. Recurro entonces a su generosidad: ¿Podría alguien decirnos en qué texto de Marx está la sentencia “Las clases no se suicidan”?. Gracias.
Por si acaso, el concepto de “clase política” no tiene nada que ver con Marx, fue una creación de Gaetano Mosca, justamente para oponer y trocar el concepto marxista de clases que se define a partir de la relación con los medios de producción y para señalar que tanto la monarquía como la democracia son gobiernos de minorías, y esté uno a favor o en contra nadie se va a suicidar. Las luchas políticas al interior de los partidos nada tienen que ver, como el suicidio, con la muerte. Los que se suicidan no quieren morir, quieren ser felices, igual que los que luchan intrapartidariamente.
Estamos frente a una gran oportunidad, las necesarias reformas al sistema electoral regalan al mundo académico y político la posibilidad de asumir una posición de liderazgo y reemplazar lo que Hayek, tan terminantemente llamó “vendedores de ideas de segunda mano”: periodistas, locutores, asesores, y a través de ellos influir sobre la opinión pública, y sobre la clase política”.
Esta antesala de los cambios inevitables -porque Trujillo y Balaguer alguna vez se van a morir- es el momento de que nos expresemos con sobriedad y le demos una estudiadita a las cosas que escribimos que sirven más para alimentar dudas que para favorecer situaciones nuevas. Me parece impresentable que escribidores y escribidoras que han hecho de la crítica a los partidos casi una profesión estén ahora defendiendo los “derechos de los militantes” y la facultad única e irrenunciable para proponer candidatos (como si las primarias abiertas eliminaran esa facultad).
Para que quienes citan los casos de Uruguay, Argentina o Chile, es un requisito que por lo menos se lean las leyes que norman esas primarias antes de opinar. No es posible que todo quede en afirmaciones tipo “como el cuestionado sistema de primarias abiertas, secretas y obligatorias”, sin decir quién cuestionó y qué es lo cuestionado.
En la materia que sea, siempre se ha dicho que nada es peor que los conversos. Eso vale para los recién convertidos a las primarias cerradas, así que mejor no volver a mencionarlos y resistirse al intento de tratar de sacar cuentas de si es a este o al otro a quien le conviene. Lo decisivo es que ampliar la democracia con la posibilidad de una mayor participación electoral le conviene a todos y todas, sobre todo a ellas.
Parte de la semana fueron las declaraciones del ex candidato único, que se despachó conceptos que amenazan resucitar a Sartori: “el déficit institucional que padece el país, se origina en las deficiencias del sistema político y de partidos”. Los sistemas políticos o los de partidos suelen no tener deficiencias, tienen características que por lo general los definen.
La no independencia de poderes en República Dominicana, es una característica del sistema no es una deficiencia, especialmente si le preguntan al presidente o a algún ministro. Que el Poder Legislativo no sea independiente del Poder Ejecutivo, podría ser asumido como deficiencia si se le completa con alguna “promesa”, puesto que un sistema político democrático supone la independencia de poderes. Entonces, si confesamos deficiencias, habrá que aceptar la necesidad del cambio del sistema político por uno democrático y no asustar a la gente cuando tal o cual medida ponga en riesgo a un sistema cuyo origen y forma de reproducción son suficientemente conocidas y defendidas.
Una reflexión parecida vale para el sistema de partidos, agregando que el sistema de partidos no es tampoco un jarrón chino, sino que también constituyen modalidades dentro de un Estado en que los partidos políticos se relacionan. Por eso los sistemas de partidos cambian cuando los partidos entran en crisis y cambian sus relaciones entre ellos y sobre todo con la ciudadanía. Sobre esto indudablemente las primarias tendrían un impacto decisivo: las primarias abiertas cambiarían el sistema de partidos, las primarias cerradas mantendrían las cosas como están.
“Los países con primarias abiertas han tenido tremendas dificultades” leí también en la semana. ¿Cuáles países?, ¿Cuáles dificultades?
No alcanzo a comentar aquello de que “las primarias abiertas son para hacer que vote el lumpen” porque justo ahí se fue la luz.
Pero en fin, o abandonan ese facilismo de las polémicas de las dictaduras donde nadie contesta o simplemente dejan de mentir.
Cifuentes.guillermo@gmail.com