MI VOZ ESCRITA, Por Jorge Herrera
El informe rendido por la comisión enviada por la Organización de Estados Americanos (OEA) a nuestro país para observar las elecciones del pasado mayo, y que encabezara el ex-presidente colombiano Andrés Pastrana Arango (1998-2002), hundió en lo más profundo la gestión de Roberto Rosario Márquez en la Junta Central Electoral (JCE).
No obstante, las muchas evidencias contenidas en el “dossier” de marras, y que sirven de soporte a la decisión que tomara el “de hecho” procónsul James (Wally) Brewster para cancelarle los visados, podrían no servir para nada más.
Sin embargo, de viejo se afirma que “una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja”. La destemplada reacción del Presidente ante la inquietud del Embajador sobre la corrupción y el narcotráfico, parece que va destruir cierta “cruzada patriótica” y obligará a que resplandezca la verdad en los casos Súper Tucanos y Punta Catalina.
Al menos eso se avizora que puede suceder si uno se atiene a lo que contempla el acuerdo a que arribaron la empresa Embraer, S.A., fabricante de los aviones y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Es casi imperativo que se tome en cuenta, en tanto no puede ser casual, que el acuerdo de marras se hace de conocimiento público justo cuando Danilo Medina Sánchez, ensoberbecido por un Poder que él mismo sabe cuestionado, y por qué; se atreve a provocar la ira del “Coloso del Norte”.
Mientras, Wally Brewster, es de suponer que en compañía de su amado, sin nada que los perturbe, se van a disfrutar la Serie Mundial entre los Indios de Cleveland y los Cubs de Chicago y, de paso, tratar de contribuir con su presencia a exorcizar el maleficio de la cabra allá y el ahogamiento que encarna Danilo aquí…
Este país no debe aceptar la corrupción como una institución blindada.