Por Ricardo Bustos
Juegan con la ansiedad y el miedo de la gente a perder aquello «que no tienen», porque «un plan es no tener nada», es estar cautivo de una política nefasta que solo ha fabricado pobres, discapacitados intelectuales y mano de obra desocupada.
Las madrugadas y colas en los hospitales para conseguir un turno y ver si alguien se digna a revisar sus cuerpos enfermos no han cambiado, los carteles de «no hay vacantes» se extienden por toda la nación, hay guerra contra el paco… porque existe el paco y hace estragos hasta en los niños, faltan Parteras porque cada vez hay mayor número de partos condicionados por un plan que según promete, ayudará a criar esos niños y el resultado sabemos será absolutamente diferente, les pagan a los padres para que envíen a sus hijos a la Escuela y cada año son menos los que terminan sus estudios, pero como dijo la Directora en una Escuela de Misiones, «no mandan a sus hijos a la Escuela pero todos tienen el papelito de la Anses».
Hacen creer a quienes reciben la dádiva convertida en plan, que no son pobres porque pudieron comprarse una moto o un celular en 40 cuotas, total si comen mal o no estudian ni trabajan, no importa.
La estrategia utilizada para captar votos por medio del temor a perder aquello que el propio gobierno les da para tenerlos prisioneros del voto, está dando vueltas como el viento y no se ven los resultados que creyeron tener antes de las elecciones y se están peleando todos contra todos, pasándose facturas y culpas por los desastres en los últimos resultados, el problema lo tendrán quienes deban hacerse cargo de este problema porque no será fácil convencer a los beneficiarios a la hora de ordeñar la vaca y encontrarla sin leche.
Está bien claro que Argentina es un hermoso país partido en dos por la voluntad de aquellos que eligieron la cómoda o el esfuerzo y hasta hoy los resultados están a la vista. Por suerte, siempre encontramos quien o quienes nos tiendan una mano, aunque sea con lo que ello implica para las arcas del Estado, pero al menos, saldremos del ´borde del precipicio que nos llevaría a un enfrentamiento de clases que solo desean quienes ya no formarán parte del grupo que toma decisiones con el exceso de poder, la soberbia y la desidia, alimentos indispensables para permanecer clavados en las sillas de los lujosos despachos, esos que los 18 millones de excluidos jamás imaginarían ocupar.
Así las cosas, nada alcanza, ni siquiera la niña a la que hicieron llorar en un vídeo diciendo que si no gana Scioli el país se derrumba o las groseras apariciones de periodistas oficialistas en todos los medios que han «comprado», promoviendo infinidad de mentiras contra la oposición, algo que ya se está cayendo por lo tonto que resulta observando los rostros de los protagonistas, quienes ya no saben como hacer para disimular tanta mentira.
Esta gente ha llegado a quitar planes en algunas provincias, diciendo a los pobres beneficiarios que si no votaban por Scioli, jamás volverían a cobrarlos.
Han traído desde Brasil a dos estrategas de la publicidad y las encuestas para tratar de levantar este barrilete de plomo, pero cada día cuando uno mira los diarios, se da cuenta que el bache entre uno y otro candidato se hace mas grande.
Mientras la rueda siga girando y hasta el 22 de noviembre, hasta los empresarios no creen en las encuestas, ni en los encuestadores y la verdad es que tienen razón porque no debe haber una manera mas grosera de subestimar al votante que decirle con 20 días de anticipación quien será el ganador de la elección, por ello la lógica seguramente se adueñará de las mentes y los ciudadanos decidirán donde corresponde, es decir, el cuarto oscuro, quien será el próximo presidente de los argentinos.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones