Por Ricardo Bustos
«La enfermedad retraso mental irreversible es provocada por el hombre hambreado, mal alimentado». (Dr. Abel Albino, fundador de CONIN)
Con el título «los come harinas», Roberto Dansey escribía en cartas de lectores de «La Historia Paralela» el 28 de septiembre de 2013 una reflexión sobre la nueva esclavitud del siglo XXI, sin cadenas.
La población de hambreados, son los que comen o no, cuando hay. Si es la época del ajo, desayunan, almuerzan y cenan ajo, si es la época de las cebollas, cebollas; y si es la época que nada hay, no comen nada. Están los que comen de la basura, y una escala superior están los que sí comen, … . salteado, pero comen harinas.
En los programas de TV sobre poblaciones hambreadas, de ésta escala a los que mejores están, se los ve gordos. Es que no están bien alimentados, están inflados,intoxicados, porque son los come-harinas desde la niñez, en el mejor de los casos, y son retrasados mentales en distintos grados.
Esta población son los Esclavos del Siglo XXI Sin Cadenas, por su incapacidad mental irreversible, no tienen integración en el mercado laboral, cada vez más exigente. Las cadenas de su esclavitud están en su retraso mental, no desarrollaron su cerebro en su embarazo y primer año de vida, NO tienen escapatoria de por vida.
Explica el Dr. Abel Albino, fundador de CONIN, ( Cooperadora para la Nutrición Infantil, una fundación sin fines de lucro argentina dedicada a la prevención y recuperación de niños desnutridos de 0 a 5 años con alto riesgo social o nutricional y la asistencia a sus familias) que la enfermedad RETRASO MENTAL IRREVERSIBLE, es la única provocada por el hombre hambreado y mal alimentado. Hace 30 años que empezó a tratar la desnutrición infantil, y la dinámica del desarrollo de su trabajo, terminó creando el ÚNICO tratamiento de PREVENCIÓN de la enfermedad “Retraso Mental Irreversible” a NIVEL MUNDIAL, enfermedad provocado por nosotros, la sociedad que no se hace cargo de las poblaciones carenciadas, con planes integrados de asistencia alimentaria, educación familiar, y desarrollo urbano.
Son mucho más el número de población que se enferma con las enfermedades que provocan, la falta de agua corriente tratada, agua caliente (mugre), cloacas (eliminación higiénica de desechos), viviendas ranchos (vinchucas-mal de chagas) y alimentación inadecuada.
Entonces, para mejorar el nivel de salud de la población, hacen mucho mas falta este tipo de planes de educación y asistencia, que los tomógrafos. Por supuesto que hacen falta hospitales bien equipados, y profesionales mejor preparados y pagados, para los que hoy están ya enfermos, pero el origen de la falta de salud de la población esta en que no produzcamos más ESCLAVOS SIN CADENAS COME HARINAS, que comen eso en el mejor de los casos.
Hemos involucionado en todo sentido en una época en la que el resto de los países han ido buscando su lugar en el mundo para no quedar fuera del sistema del futuro irreversible. Nos llevamos por delante con la soberbia toda posibilidad de progreso, hemos sido altaneros, patoteros, mal educados y hasta gallitos de riña cuando la realidad era que el camino a elegir no era ese.
No alcanza hoy solamente con CONIN o las organizaciones que generosamente aportan toda la ayuda posible, porque se salió de madre el río de la pobreza y ya está inundando terrenos fértiles convirtiendo en bañados las praderas del buen vivir.
Pastas, pizza, papas, algún tomate para darle color y un poco de sal no separan al estómago de la mente y los resultados están a la vista. Nos guste o no, el sobrepeso en la sociedad argentina ya supera el 50 % de los habitantes sin distinción de sexo y aunque no somos expertos en problemas de salud, bien sabemos que las consecuencias de la obesidad son una larga lista de enfermedades difíciles de sobrellevar por mucho tiempo.
Todos en la familia o amistades tenemos a alguien con el problema de obesidad y nos desespera saber que muchas veces no podemos hacer nada para ayudarlos a salir de ese calvario. Ya deberíamos aceptar que es un problema de Estado y los organismos públicos oficiales pueden ayudar con los medios que tienen para ello porque los presupuestos que se aprueban cada año para las áreas de salud así lo demuestran. Si no se desvían fondos para cualquier otro fin, es probable que esta y otras enfermedades puedan tratarse como corresponde para después no llorar sobre la leche derramada.
«No se pueden alimentar hambrientos con estadísticas». David Lloyd George (1863-1945) Político británico.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556