Por Ricardo Bustos
Como el inicio de un camino para llegar a formar la tan ansiada «familia», recuerdo en la mayoría de los casos, se planificaba la nueva vida con los consejos de abuelos, padres y tíos, quienes por experiencia nos podían ayudar y mucho.
Los mas audaces, soñaban con la casita, cuantos hijos les gustaría criar y educar, por sobre todas las cosas, el trabajo para mantener el futuro hogar.
Si vemos en el tiempo los cambios que ha producido la sociedad a instancias de los gobiernos populistas, nos daremos cuenta que todo ha perdido el verdadero sentido de la palabra «familia».
Antes planificamos cuantos hijos podríamos tener, ahora muchos beneficiarios tienen hijos en función del plan que van a cobrar y de esa manera se va perdiendo el sentido de ser padres o madre solamente y duele en el alma ver la enorme cantidad de chicas muy jóvenes que están solas criando sus niños habiendo desperdiciado un tramo enorme de la vida para disfrutar primero y comprometerse con algún proyecto de vida saludable después.
Párrafo aparte, la despreocupación de muchos mayores ante este tipo de situación, dejando abandonada a la mano del destino a muchas jovencitas de condición muy humilde en donde ha llegado el caso de ser expulsadas del hogar.
Sabemos que es un tema complejo, pero debemos reconocer que la «Educación sexual» en manos del Estado ha resultado un rotundo fracaso porque no se prepara a una docente de un día para otro en un tema tan delicado con el agravante que quizá en su propio hogar ya ha padecido el mismo problema y no supo como solucionarlo, así que menos puede hacerlo en la Escuela.
Tampoco esta situación ha tenido acompañamiento por parte de las familias ya que a los jóvenes se les informa muy poco desde el hogar, sea por pudor de las madres con cierto arraigo tradicional conservador para transmitir el mensaje correcto o porque se cree que los chicos ya saben lo que hacen y cómo deben hacerlo.
Lejos de la religión, debería tenerse muy en cuenta que está comprobado y así lo afirman los profesionales de la medicina, que el aborto causa estragos en el cuerpo de la mujer cuando se reitera sin control.
La gente «grande» aún sigue pensando que los jóvenes deben quemar etapas antes de consumar, pero sabemos que sucede todo lo contrario.
La sociedad empuja a los chicos para que sean independientes a muy corta edad y es ahí donde aparecen los errores por inexperiencia.
Según un estudio del Instituto Gino Germani, de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, hoy, seis de cada diez adolescentes ya han mantenido relaciones sexuales y un 44 % perdió su virginidad antes de cumplir los 16 años. La franja de edad ha bajado y en el país hay mas de 900.000 madres adolescentes.
Contrariamente a lo que muchos piensan sobre el sexo y la condición social, los más chicos en debutar sexualmente son los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que con un 68 % alcanzan el porcentaje más alto de iniciación en todo el país.
Parece mentira que aún los argentinos no podemos tener una estadística de la economía por políticas de información ocultas y en cualquier rincón se sabe que la edad de iniciación sexual es, en promedio, los 14 años. Si bien no ha descendido la edad, sí ha incrementado el porcentaje de chicos que a esa edad pierden su virginidad.
Ocho de cada diez adolescentes debuta sexualmente con su novio o novia. El 80 % de los chicos no se cuida al momento de tener la “primera vez”. Un 37 % usa la píldora del día después y un 6 % usa el método de coitus interruptus, el más riesgoso de todos.
Ya en el año 2012, un estudio del ministerio de Salud de la Nación reveló que los jóvenes argentinos se inician sexualmente a edades cada vez más tempranas. Según la encuesta realizada en ese año en 250 escuelas de todo el país, el 37 por ciento de los chicos de entre 13 y 15 años admitió haber tenido relaciones sexuales.
La cifra representa un fuerte aumento con el mismo estudio hecho en 2007, cuando sólo el 26 por ciento de adolescentes ya había tenido su «primera vez». Al dividir la encuesta en géneros, el salto de los porcentajes es más elevado entre las mujeres: en 2007, el 18 por ciento afirmaba haber mantenido relaciones sexuales, mientras que ahora la cifra creció hasta el 30.7.
En lo personal, como hace tiempo estoy aprendiendo a tocar el arpa y por lo tanto pertenezco a otras generaciones, creo que nadie tiene derecho a juzgar, pero si desde cada lugar en la sociedad, buscar la forma de colaborar de alguna manera cuando el hecho está consumado y no hay marcha atrás.
Una vida no se compra… no se vende, se acompaña y cuida porque es lo mas importante que tenemos los seres humanos, solo tenemos que encontrar el equilibrio que nos permita comprender que no todos somos iguales y ante los cambios que está viviendo la sociedad se debe actuar en consecuencia.
Quizá resulte difícil la misión, pero al menos se debe intentar.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556