Por Dr. Willians De Jesús Salvador.
La República Dominicana vive una crisis del sistema de partidos políticos. Estos como ente de intermediación entre el pueblo y el poder del Estado, han perdido la credibilidad entre los ciudadanos y militantes políticos. Sobreviven gracias al clientelismo electoral.
La democracia interna en los partidos políticos dominicanos, es cosa del pasado, sus fundamentos institucionales han cambiado, no hay sustentación ideológica, los candidatos a cargos electivos no son producto del mérito político, carisma y aceptación popular como fenómenos electorales, sino, por la capacidad de inversión económica que posean para soportar la inversión que demanda el mercado clientelar, salvo honrosas excepciones.
Este deterioro del sistema de partidos políticos, conducen a la sociedad dominicana a unas elecciones Municipales, Congresales y Presidenciales traumáticas, donde la conducción de los tres poderes serán sustentados por líderes espurios, basta con ver las pancartas que anuncian estas figuras en los espacios públicos.
En ese trajinar de cobras amaestradas se desata la tormenta electoral del año 2016, entre las fuerzas políticas más importantes que son el PLD, PRM, PRD, PRSC, Alianza País y los partidos llamados emergentes cuyo papel se circunscribe en la mayoría de casos a ser bisagras de las alianzas nacionales.
El Partido de la Liberación Dominicana, el actual presidente de la República, Lic. Danilo Medina, se lanzó a la búsqueda de la reelección presidencial, nada raro en el comportamiento de los políticos del patio, para tales fines ha tenido que hacer concesiones para modificar la constitución dominicana, otorgar con su licencia de corso el derecho anti democrático de la reelección a todos los legisladores en detrimento del legítimo derecho de elegir y ser elegidos de los miembros de su partido.
El Partido Revolucionario Moderno (PRM), forzado por las circunstancias del conocimiento de la modificación a la constitución para permitir la re incorporación de la Reelección Presidencial, se vio obligado a comprometerse con sus congresistas de que debían votar en contra, y que como recompensa a su verticalidad política serían ratificados como candidatos a diputados por sus respectivas
El Partido Revolucionario Moderno, no puede actuar en las elección de sus candidatos solo por consenso y encuestas, deben perder el temor y abrir un proceso convencional democrático, libre y limpio. Estimulen liderazgos auténticos y genuinos, prestigien la honestidad, fidelidad, intelectuales, empresarios, mujeres y jóvenes innovadores. Sólo así la boleta del PRM será la antítesis de la oferta oficialista.
El caso de Luis Ernesto Camilo, un político joven, talentoso, buen compañero, solidario en las buenas y las malas, la actitud de este gran amigo debe mover a reflexión en vez de ponerlo en capilla ardiente.
A Luis Ernesto, en la década del 90, lo llevamos Siquio y yo de la mano al Comité Ejecutivo del PRD San Francisco de Macorís, siempre ha sido solidario, consagrado al trabajo político, y apasionado en la política y la vida, pero es cierto fue traicionado, y el me dijo, prefiero la hoguera a convivir con traidores, y mucho menos premiarlos con candidaturas principales, y para colmo de remate sin convención. Yo jamás acompañaré a sainetes mediáticos de la traición (Un sainete es una pieza dramática jocosa en un acto y normalmente de carácter popular, que se representaba como intermedio de una función o al final. Sustituye al entremés en los siglos XVIII, XIX y XX.) y que si hoy han venido hasta aquí ha sido por la falta de oportunidad electoral en otros partidos, no por identificación confiable con el proyecto del PRM, que lo vituperaron y torpedearon, muy a pesar de sus malos y necios augurios, surgió el PRM indefectiblemente como fuerza incontrovertible de principalía en la oposición política dominicana, entonces, ahora vienen a echar de casa a los dueños, cualquiera advertiría la falta de equidad con el de la casa.
Esto es solo parte de una tormenta electoral, que también afecta a la oposición política. Insto a mi partido el PRM, que coja el toro por los cuernos, que esa es una lucha de intereses entre fuerzas internas antagónicas, que debe ser administrada con sabiduría politica. Hay que ofertar candidatos a nivel nacional que representen la esencia para un mejor país.
Es una lastima que en la era más ilustrada de la humanidad, en la era global, era de las comunicaciones la democracia de los partidos políticas sea un triste y trágico espectáculo, me pregunto ¿Que solidez puede tener el estado dominicano con actores políticos electo en esta tragicomedia electoral en el año 2016? ¡Cuidado con la tormenta electoral dominicana del año 2016, que los pueblos se cansan, miren el espejo de la respuesta electoral del pueblo español al PSOE y PP!.